En medio de los cuestionamientos sobre la permanencia del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la carrera por la Casa Blanca, tras su errático desempeño en el primer debate televisado contra el republicano Donald Trump, la portavoz presidencial, Karine Jean-Pierre, trató este lunes, 8 de julio, de contener las especulaciones provocadas por un artículo del New York Times que asegura que un experto en parkinson visitó la residencia presidencial ocho veces en ocho meses, entre mediados de 2023 y principios de este año.

“¿Ha sido tratado el presidente por parkinson? No. ¿Está siendo tratado por parkinson? No, no lo está. ¿Está tomando medicación para el parkinson? No”, dijo Jean-Pierre en rueda de prensa ante los continuos cuestionamientos de los periodistas.

La portavoz no precisó el objeto de la visita del experto escudándose en una obligación de “confidencialidad”, situación que generó un choque con algunos de los comunicadores.

Jean-Pierre recordó que Joe Biden fue examinado tres veces por un neurólogo como parte de sus exámenes anuales, la última de las cuales se hizo pública en febrero, y que en este contexto se le han realizado pruebas para detectar diversas enfermedades neurodegenerativas, con resultados negativos.

Así mismo, se negó a dar los nombres de los médicos que han visitado al presidente. “No voy a compartir ni a confirmar nombres”, expresó la portavoz, quien a continuación le dijo a un periodista: “No importa cuánto me presiones, no importa cuánto te enojes conmigo, no voy a confirmar un nombre, no importa si está en el registro, no voy a hacer eso desde aquí”.

Según New York Times, el experto en parkinson que estuvo en la Casa Blanca fue Kevin Cannard, un reconocido neurólogo especializado en trastornos del movimiento y que trabaja en el hospital Walter Reed de Washington.

Biden, de 81 años, reconoció a los congresistas que es consciente de las “preocupaciones”, sobre todo desde su desastroso desempeño en el debate que se realizó el pasado 27 de junio.

A lo largo de 90 minutos se mostró muy confundido, se trabó al hablar y hasta divagó. El presidente lo achacó al desfase horario y a un resfriado, pero en los últimos días varios congresistas demócratas le han pedido públicamente que tire la toalla.

La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, realiza una conferencia en la Casa Blanca en Washington y se refiere a la comparecencia de Donald Trump en Nueva York. | Foto: Restringido

Otros lo apoyan, como Steven Horsford, presidente del influyente grupo de los congresistas afroestadounidenses en la Cámara de Representantes, y algunos senadores.

En el programa de televisión “Morning Joe” de MSNBC, el demócrata dijo que está “seguro” de que “el votante promedio de ahí afuera todavía quiere a Joe Biden” para un segundo mandato.

El demócrata reconoció estar “muy frustrado con las élites... del partido”.

Una semana después de su desastroso debate, Joe Biden ve cómo sus opciones de ser presidente han disminuido dramáticamente. Con el nuevo panorama, la situación de la vicepresidenta, Kamala Harris, podría cambiar. | Foto: Andrew Leyden/NurPhoto

“Cualquiera de estos tipos que creen que no debo postularme, que se postulen contra mí (...) que me desafíen en la convención” de agosto próximo, agregó.

Biden se halla bajo la lupa esta semana como anfitrión de una cumbre de la OTAN en Washington, entre temores de que el aislacionista Trump, de 78 años, gane las elecciones presidenciales.

Será una oportunidad para que los líderes de los países aliados calibren el estado de forma de Biden, quien asistirá a varias reuniones y dará su primera rueda de prensa desde la debacle del debate.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, asegura no haber “detectado” ningún signo de preocupación al respecto entre los miembros de la OTAN.

Muchos países europeos temen el regreso de Trump porque ha criticado reiteradamente la OTAN, ha expresado su admiración por el presidente ruso Vladimir Putin e insistido en que él podría lograr poner fin rápidamente a la guerra en Ucrania.

Cuando faltan solo cuatro meses para las elecciones y poco más de uno para la convención del partido, el tiempo apremia.

Hay poco margen para reemplazar a Biden como candidato, y el presidente y su equipo parecen decididos a resistir el asedio.

Nada indica de todos modos que el presidente acepte renunciar y, aunque lo hiciera, el Partido Demócrata correría el riesgo de desavenencias internas y de una caótica convención de nominación en Chicago en agosto.

Si se designara a un nuevo candidato, este tendría poco más de dos meses para hacer campaña antes de las elecciones del 5 de noviembre.

*Con información de AFP.