El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió este martes en la Asamblea General de la ONU “diálogo” para resolver el conflicto de Ucrania, el cual se lleva a cabo desde febrero del año pasado, fruto de la invasión por parte de las tropas rusas del presidente ruso, Vladímir Putin.
El conflicto en Ucrania muestra “nuestra incapacidad colectiva para hacer aplicar los objetivos y principios de la Carta de Naciones Unidas”, dijo el el presidente brasileño, que el miércoles se reúne por primera vez con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski en los márgenes de la ONU.
“No subestimamos las dificultades para alcanzar la paz”, dijo, pero “ninguna solución será duradera sin diálogo”, advirtió, antes de recordar que es necesario “para crear espacio para las negociaciones”, dijo el mandatario brasileño durante la Asamblea General de la ONU que se lleva a cabo en Nueva York, en la cual el presidente latinoamericano fue el primero en intervenir, después del discurso de apertura de Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas.
Las relaciones con Ucrania han sido tensas después de que Lula afirmara el año pasado en una entrevista que su par ucraniano era “tan responsable como (el presidente ruso Vladimir) Putin” por la guerra y se negara, ya como presidente, a suministrar armas a Ucrania como han hecho otros países occidentales.
Brasil ha buscado colocarse como negociador en la guerra de Ucrania, sin tomar partido por Ucrania ni apoyar la invasión rusa. Una posición con la que ha sido acusado por la Casa Blanca de “repetir como un loro la propaganda rusa y china” sobre la guerra en Ucrania. “Los conflictos armados son una afrenta a la racionalidad humana”, dijo Lula desde la tribuna de la Asamblea General en un discurso muy político, que fue interrumpido varias veces por los aplausos.
Tras recordar que el año pasado los gastos militares sumaron más de dos billones de dólares, aseguró que “la cultura de la paz debe ser un deber de todos. Construirla requiere persistencia y vigilancia”, dijo antes de rememorara el riesgo de “un golpe en Guatemala que impediría la investidura del vencedor de las elecciones democráticas”.
Lula también hizo referencia a la incapacidad para crear un estado para el pueblo palestino, la crisis humanitaria en Haití, el conflicto de Yemen y Libia, así como las rupturas institucionales en varios países de África, que han traído consigo varios golpes de Estado.
Así mismo, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, alertó este martes a las Naciones Unidas de los “aventureros de la ultraderecha”, que promueven el racismo y el odio en un mundo con cada vez más desigualdades, dijo a través de su discurso en la Asamblea de la ONU.
El mandatario afirmó que la xenofobia, el racismo y el odio se expanden a través de las nuevas tecnologías y son una nueva amenaza que deben ser enfrentadas por los demócratas del mundo. “La desigualdad está en la raíz de estos fenómenos” y sirve de caldo de cultivo para los extremismos, que además cuentan con “una parálisis” de la comunidad internacional y de la propia ONU, cuya agenda de desarrollo para 2030 está “muy lejos” de esos objetivos.
“Repudiamos una agenda que usa a los inmigrantes como chivos expiatorios” y que “corroe los Estados y los derechos de los trabajadores”, declaró el mandatario brasileño, que en enero pasado fue víctima de un intento golpista por parte de violentos radicales seguidores de su antecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Según el presidente brasileño, la misma ONU debe recuperar sus orígenes y plantarse en forma global en defensa de principios como la libertad de prensa.
Con información de AFP.