Este jueves 14 de julio, astrónomos del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en conjunto con otras instituciones, dieron a conocer que tiempo atrás detectaron una extra señal de radio procedente de una galaxia situada a miles de años luz del planeta Tierra.
Según los expertos, esta señal se repite con una regularidad, cuyo patrón es similar al de los latidos del corazón.
Asimismo, la señal fue clasificada como una ráfaga rápida de radio o señal especial de origen desconocido y fue descubierta desde el año 2019, que estudian el radiotelescopio denominado Experimento Canadiense de Cartografía de la Intensidad del Hidrógeno.
Además, esta ráfaga de radio es considerada la más duradera y con la estructura periódica más clara detectada hasta el momento.
Esta señal fue nombrada 20191221A y tiene una duración de hasta tres segundos, es decir, unas 1.000 veces más que el promedio. De igual forma, el Instituto menciona que se repiten cada 0,2 segundos y se puede deber a un púlsar de radio o de un magnetar, ambas variedades de estrellas de neutrones.
Los científicos también encontraron similitudes con las emisiones de los púlsares de radio y los magnetares de nuestra galaxia. Sin embargo, la diferencia es que la nueva señal parece ser un millón de veces más brillante.
“Esta detección plantea la cuestión de qué podría causar esta señal extrema que nunca hemos visto antes, y cómo podemos utilizar esta señal para estudiar el universo”, dijo Daniele Micilli, posdoctorado del Instituto de Astrofísica y Estudios Espaciales Kavli del MIT.
Finalmente, los científicos esperan detectar más periódicas de esta fuente, la cual podría considerarse como una especie de reloj astronómico.
Objetivos del telescopio James Webb
Este telescopio en días anteriores capturó un compilado de imágenes, mostrada por la Nasa, catalogadas como una nueva era para la astronomía.
“Cada imagen es un nuevo descubrimiento”, dijo el administrador de la Nasa, Bill Nelson. “Cada una dará a la humanidad una visión del universo que nunca antes habíamos visto”.
Después del lanzamiento de las primeras imágenes, astrónomos de todo el mundo obtendrán cuotas de tiempo para usar el telescopio. Los proyectos se han seleccionado de manera competitiva a través de un proceso en el que los solicitantes y los seleccionadores no conocen la identidad de los demás, para minimizar el sesgo.
Además, Knicole Colon, también integrante de la Nasa, manifestó que con estas imágenes han “visto el efecto de lo que ocurre cuando un planeta y su atmósfera pasan por delante de la estrella, y la luz de la estrella se filtra a través de la atmósfera, y se puede descomponer en longitudes de onda de luz”.
El Webb fue lanzado en diciembre de 2021 desde la Guayana Francesa en un cohete Ariane 5. Tras un viaje de 1,6 millones de kilómetros de la Tierra, se encuentra orbitando el Sol en una región del espacio llamada segundo punto de Lagrange.
Permanece en una posición fija en relación con la Tierra y el Sol, con una necesidad mínima de combustible para las correcciones de rumbo.
El espejo primario del telescopio tiene más de 6,5 metros de ancho y está formado por 18 segmentos de espejo recubiertos de oro. Al igual que una cámara sostenida en la mano, la estructura debe permanecer lo más estable posible para lograr las mejores tomas.
La Nasa estima que el Webb puede tener una vida de 20 años. El nuevo telescopio resolverá las preguntas fundamentales sobre el cosmos con la ayuda de sus predecesores: el Hubble y el Spitzer lo que representa un verdadero hito no solo para la astronomía, sino para el mundo en general sobre el universo y lo que rodea al planeta.
*Con información de Actualidad RT y la AFP.