El exprimer ministro de Reino Unido Boris Johnson ha confirmado en las últimas horas que “no mintió al Parlamento” cuando declaró ante la Cámara de los Comunes sobre el escándalo conocido como ‘Partygate’, que gira en torno a las fiestas realizadas en el número 10 de Downing Street, a pesar de las duras restricciones impuestas por la covid-19.
“La evidencia que tenemos plantea serias preguntas y esta es la oportunidad para que el señor Johnson ofrezca sus respuestas”, afirmó la presidenta del comité al abrir la sesión, televisada en directo.
El conservador británico juró sobre la Biblia decir “toda la verdad y nada más que la verdad” y comenzó asegurando que si condujo a error a los diputados, lo hizo inintencionadamente “con base a lo que honestamente sabía y creía en ese momento”.
Durante el inicio de su comparecencia ante la Comisión de Privilegios del Parlamento británico, encargada de supervisar y analizar si los diputados incurren en abusos de poder, Johnson ha manifestado que “hubo días en un periodo de 20 meses en los que se produjeron en Downing Street una serie de reuniones que extralimitaron lo que se considera necesario para cumplir objetivos puramente laborales”.
“Estoy aquí para decirles con el corazón en la mano que no mentí a la Cámara cuando dije esas cosas. Lo que dije lo dije de buena fe y con base a lo que yo verdaderamente creía y sabía. Cuando se dispuso analizar esto por parte de la comisión estaba seguro de que no encontrarían nada que mostrara que yo sabía algo diferente”, ha afirmado antes de destacar que “estaba seguro no porque existiera algún tipo de tapadera sino porque creía en lo que decía”.
En su defensa escrita, publicada el pasado martes 21 de marzo, argumentó que sus asesores le habían asegurado que no se había infringido ninguna norma durante las múltiples “reuniones de trabajo” celebradas en sus oficinas del número 10 de Downing Street durante los confinamientos contra la covid-19.
“Estaba centrado en decisiones difíciles relativas a la pandemia (así como en otros asuntos que el primer ministro debe abordar), mi agenda estaba repleta, el número 10 es un entorno complejo y yo entraba y salía constantemente del edificio”, explicó.
“No se puede esperar que un primer ministro investigue personalmente asuntos como estos. Tenía que confiar, y tenía todo el derecho a hacerlo, en lo que me decían mis asesores de confianza”, agregó.
Al término de la investigación, la Cámara de los Comunes en pleno votará una eventual suspensión de su escaño de diputado y si esta fuese superior a 10 días podría provocar una elección anticipada en la circunscripción de Johnson, en el noroeste de Londres, que lo dejara fuera del tablero político.
Entre las últimas pruebas figura también la declaración de un funcionario de Downing Street según el cual Johnson “a menudo veía y se unía” a esas reuniones durante los confinamientos y “tuvo la oportunidad de atajarlas”.
¿Retorno Político?
En varias ocasiones desde diciembre de 2021, el entonces primer ministro aseguró a los diputados que en sus dependencias se respetaron “en todo momento” las normas que él mismo había impuesto contra una pandemia que dejó 220.000 muertos en el Reino Unido, segundo mayor balance de Europa tras el de Rusia.
Johnson, de 58 años, que durante décadas logró capear incontables tormentas políticas, tampoco dimitió por esto, sin embargo, acabó siendo empujado a la salida poco después, tras tres convulsos años en el poder, por su propio Partido Conservador por nombrar a un responsable de grupo parlamentario acusado de abusos sexuales.
Sus partidarios, sin embargo, denuncian una traición y luchan por su regreso político antes de las próximas elecciones generales, previstas en enero de 2025 a más tardar. Pero, si ahora la comisión de investigación decide que Johnson mintió intencionadamente podría recomendar una sanción que asestase un golpe mortal a esa aspiración.
Con información de AFP*