El presidente estadounidense, Joe Biden, criticó con dureza a los republicanos el lunes, al calificarlos de “imprudentes y peligrosos” por negarse a apoyar a los demócratas para aumentar el límite de endeudamiento de Estados Unidos, que sin esta medida podría entrar en default.
La obstrucción de los republicanos puede llevar “nuestra economía hacia un abismo”, manifestó Biden en un discurso en la Casa Blanca, en el que dijo que no puede “garantizar” que el país evitará un default a partir del 18 de octubre.
El pronunciamiento del mandatario fue hecho luego de que el líder de la minoría republicana en el Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, recordara una vez más “con todo el respeto” al presidente, Joe Biden, que no cuente con ellos para aumentar el techo de la deuda.
A través de un carta enviada a la Casa Blanca, McConnell pidió al presidente Biden que se apoye en sus “lugartenientes” en el Congreso, el líder de la mayoría del Senado, Charles Schumer, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, para sacar adelante de forma unilateral esta medida.
“Sus lugartenientes en el Congreso deben entender que usted no quiere que su Gobierno demócrata camine como un sonámbulo hacia una catástrofe evitable cuando ha tenido tres meses para hacer su trabajo”, dice el texto firmado por McConnell.
“La posición de los republicanos es clara. No tenemos una lista de demandas. Durante dos meses y medio, hemos advertido de que, dado que su partido desea gobernar solo, también debe manejar el límite de la deuda solo”, enfatizó.
La declaración de McConnell tiene lugar poco antes de que Biden se dirija al país para defender la necesidad de ampliar el techo de la deuda antes del próximo 18 de octubre, momento en el que Estados Unidos puede arriesgarse a un “histórico” cierre administrativo, según vaticinó la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
“Los demócratas del Senado no necesitan de ninguna forma la cooperación republicana para hacer su trabajo. Los demócratas no necesitan nuestro consentimiento para lograr una votación con 51 en lugar de 60″ apoyos, ha explicado McConnell en referencia a los “nuevos poderes” que obtuvo Schumer para sacar este y otros procesos adelante.
Los republicanos, que han boqueado en el Senado los últimos dos intentos por aprobar este nuevo endeudamiento, buscan que sean los demócratas quienes de manera unilateral saquen adelante el plan a través de procedimiento legal que les permitiría hacerlo, pero que consideran altamente arriesgado.
Con esta medida, los demócratas podrían elevar el techo de la deuda en paralelo a otro amplio proyecto de ley sobre gasto social que también pretenden sacar adelante, aunque para ello necesitarían mucho más tiempo que la ficha límite prevista por Yellen para el 18 de octubre, cuenta el diario ‘The Hill’.
Por el momento, el Congreso de Estados Unidos aprobó la semana pasada un plan de financiación provisional que mantendrá operativas las oficinas del Gobierno Federal al menos hasta el 3 de diciembre, evitando así el cierre administrativo de los servicios públicos no esenciales.
Demócratas abren la puerta a un acuerdo sobre los proyectos de Biden
El ala progresista del Partido Demócrata señaló estar dispuesta a conseguir que el vasto programa de inversión doméstica del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se apruebe en el Congreso, aunque se avecinan negociaciones intensas para superar las divisiones del partido.
La Casa Blanca intenta conseguir el apoyo necesario entre los demócratas, enfrentados por el destino de dos paquetes presupuestarios que marcarán el legado del presidente.
Una parte de los republicanos apoya el proyecto de ley para invertir 1,2 billones de dólares en infraestructuras, pero se oponen a un segundo paquete, un plan para destinar 3,5 billones de dólares en educación y atención infantil, ampliar programas de salud y promover la energía limpia.
El expresidente Donald Trump, que todavía ejerce un poder considerable dentro del partido republicano, criticó el plan de gastos: “¡El plan demócrata, si se aprueba a cualquier nivel, empujará a nuestro país hacia el socialismo!”, pronosticó.
Si Biden quiere que su propuesta de “Build Back Better” (reconstruir mejor) sea aprobada por el Congreso, necesita unanimidad en las filas demócratas, que controlan por escaso margen las dos cámaras, una tarea ardua visto que la semana pasada las negociaciones entre las alas moderada y progresista del partido terminaron en un punto muerto.
Para mantener su posición de fuerza en las negociaciones, los progresistas se niegan a respaldar el proyecto de ley de infraestructuras hasta tanto se garantice el “sí” del Senado al paquete sobre el gasto social.
Tras conocerse que los centristas han hecho una contraoferta de 2 billones de dólares para ese proyecto de ley, el senador izquierdista Bernie Sanders dijo que esa cantidad es insuficiente para remodelar la economía estadounidense.
“Pero acepto que va a tener que haber un toma y daca”, dijo al programa de entrevistas de la ABC “This Week”.
Pramila Jayapal, líder de los demócratas progresistas en la Cámara de Representantes, admitió que su sector va a tener que rebajar la cifra que aspira conseguir.
En su intervención en el programa “State of the Union”, de la cadena CNN, dijo que “todavía no hay una cifra sobre la mesa con la que todo el mundo esté de acuerdo”, y que lo realista es que se sitúe “entre los 1,5 y 3,5″ billones de dólares.
“Una de las ideas que hay es financiar completamente lo que se pueda financiar completamente, pero tal vez en lugar de hacerlo durante 10 años, se hace durante cinco”, dijo la congresista Alexandria Ocasio-Cortez a “Face the Nation” de CBS.
- Hacerlo bien -
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, envió una carta el pasado sábado a los demócratas en la que explicaba que “se necesita más tiempo para alcanzar nuestro objetivo”, y que ahora se fijaba el 31 de octubre como nueva meta.
Pero el Congreso debe abordar antes un tema espinoso: elevar el límite de la deuda estadounidense antes del 18 de octubre, cuando la nación se quedará sin dinero para pagar sus obligaciones.
Los demócratas afirman que evitar un impago es la prioridad absoluta.
Sin embargo, los republicanos no dan su brazo a torcer en este tema. Biden criticó la postura de sus rivales, y dijo que es “inconcebible” que se nieguen a elevar el techo de deuda.
La Casa Blanca, por su parte, reiteró la petición de Biden de que el centro de atención sea el contenido final de sus dos paquetes de gasto, no cuándo se aprueben.
“No vamos a establecer un plazo artificial”, dijo el asesor presidencial Cedric Richmond, en declaraciones a Fox News. “Lo que nos interesa es hacerlo bien”.
Biden se dirigirá a Michigan este martes en un esfuerzo por unir el apoyo público detrás del plan, dijo la Casa Blanca, y promocionar el objetivo de “invertir en las familias trabajadoras (...) mediante la derogación de beneficios de impuestos a los ricos”.
La doble maniobra legislativa está más amenazada en el Senado, donde dos demócratas moderados, incluido Kyrsten Sinema de Arizona, se han mantenido firmes contra lo que describen como objetivos de gasto imprudentemente altos.
Sinema criticó a los progresistas de la Cámara de Representantes por su política “inexcusable”, y calificó su negativa de apoyar la infraestructura hasta que se salgan con la suya en el paquete de gastos más amplio como “un truco ineficaz”.
Aún así, el partido de Biden parecía estar avanzando lenta y dolorosamente hacia un acuerdo histórico. “Será una rutina”, dijo en Twitter el estratega demócrata y exasesor de Barack Obama, David Axelrod, “pero apuesto a que los demócratas lo logran en ambos proyectos de ley”.
Biden, que desempeña un papel importante en estos asuntos, prometió recorrer el país y “trabajar duro” para reunir a sus tropas y conseguir que se aprueben estos planes de inversión. “Creo que puedo hacerlo”.
Con información de AFP y Europa Press