Pyongyang amenazó el miércoles con reforzar su presencia militar en los alrededores de la Zona Desmilitarizada de Corea (DMZ) al día siguiente de la destrucción de la oficina de enlace con el Sur, en una escalada de tensiones que ha sido condenada por Seúl. Corea del Norte afirmó que había rechazado una oferta que habría recibido del presidente surcoreano, Moon Jae-in, de enviar emisarios para negociar. Kim Yo Jong, la poderosa hermana del líder norcoreano Kim Jong-Un, tildó la propuesta de "siniestra y carente de tacto", según la agencia norcoreana KCNA.
Por lo que Seúl, que había tratado de calmar las aguas en los últimos meses, respondió denunciando dichas declaraciones de "insensatas" y "groseras". "Advertimos que no toleraremos más las acciones y las declaraciones poco razonables del Norte", declaró el portavoz de la Casa Azul, la presidencia surcoreana, Yoon Do-han, para quien la divulgación por Pyongyang de la propuesta de Moon de enviar un emisario al Norte es "insensata y sin precedentes". "El Norte pagará el precio" Por su lado, el ministerio surcoreano de Defensa considera que de llevarse a cabo, las amenazas del Norte violarían varios acuerdos intercoreanos. "Sin duda, el Norte pagará el precio en caso de que este tipo de acción se lleve a cabo", advirtió en un comunicado. La demolición de la oficina de enlace situada en la zona industrial de Kaesong, al norte de la DMZ, se produjo tras las repetidas denuncias de Pyongyang del lanzamiento de propaganda en su territorio desde el Sur por disidentes del régimen. Esta oficina, abierta en septiembre de 2018, era uno de los símbolos de la extraordinaria distensión ese año en la península. Era producto de un acuerdo entre Kim et Moon que se habían reunido en tres ocasiones en el lapso de unos meses. En el punto álgido de su actividad, esta oficina reunía a dos delegaciones del Norte y del Sur integradas cada una por una veintena de funcionarios.
Era el primer instrumento físico permanente de comunicación destinado a desarrollar las relaciones entre los dos países, mejorar las relaciones entre Estados Unidos y el Norte y calmar las tensiones militares. Pero había cesado sus actividades en enero debido al coronavirus. Las relaciones Norte-Sur se han ido degradando a raíz del segundo encuentro entre el presidente estadounidense Donald Trump y Kim Jong-Un, en febrero de 2019 en Hanoi. Algunos expertos sospechan que el Norte trata de crear una crisis para conseguir concesiones tras el punto muerto de las negociaciones internacionales sobre sus programas nucleares. Reanudación de las maniobras En un comunicado difundido por la agencia norcoreana KCNA, el ejército norcoreano informó que iba a desplegar unidades en la estación turística de Monte Kumgang y en el complejo de Kaesong. Estas dos zonas solían albergar algunos de los proyectos más importantes de la cooperación intercoreana. El Monte Kumgang era un destino turístico para los surcoreanos hasta que un soldado norcoreano mató en 2008 a una mujer que se había alejado de las zonas autorizadas. En la zona industrial de Kaesong, donde se encontraba la oficina de enlace, empresas surcoreanas hicieron trabajar hasta 2018 a obreros norcoreanos y pagaban sus salarios a Pyongyang, en el marco de un acuerdo muy lucrativo para el régimen norcoreano.
Un portavoz del ejército norcoreano indicó que se restablecerán los puestos de guardia que habían sido retirados de la zona desmilitariazada en el marco de un acuerdo intercoreano en 2018 para "reforzar la vigilancia de la línea de frente". Las unidades de artillería, en particular en las zonas marítimas, reanudarán "todos los tipos de ejercicios militares regulares" y el Norte pretende enviar en dirección de Sur su propios folletos de propaganda. La Guerra de Corea (1950-1953) terminó con un armisticio y no un acuerdo de paz, lo que significa que los dos vecinos están, técnicamente, en guerra.