Ha generado amplia expectativa el pronunciamiento de 13 de los 14 países del llamado “Grupo de Lima”, que, entre otras cosas, insta a Nicolás Maduro a que no asuma la presidencia por un nuevo período y que traspase temporalmente el poder a la Asamblea Nacional. Igualmente, expresa la decisión de no reconocer a partir del día 10 de enero al gobierno por él encabezado. México no adhirió a la declaración, aduciendo el principio de no intervención. Hizo lo mismo en 1962 cuando no aceptó el mandato de la OEA de romper relaciones con Cuba. Ahora, López Obrador regresa a esa línea política. Le recomendamos: Maduro amenaza y da 48 horas al Grupo de Lima para rectificar su postura sobre Venezuela El Secretario de Estado de los Estados Unidos respaldó lo expresado por el Grupo de Lima, mientras que la Unión Europea adoptó una posición similar y reiteró la necesidad de convocar nuevas elecciones presidenciales, ya que las celebradas en el mayo pasado no fueron libres. Igualmente, Colombia en nombre de Argentina, Chile, Estados Unidos, Costa Rica y Perú, en el marco de la OEA presentó un proyecto de resolución sobre la situación de Venezuela que será considerado en una sesión extraordinaria que se llevará a cabo en el día hoy en Washington. Se presume que los proponentes tienen asegurados los 18 votos necesarios para su aprobación. Colombia y algunos otros estados del Grupo de Lima han anunciado además que adoptarán contra el régimen de Maduro, algunas medidas que fueron consideradas en la declaración del Grupo incluyendo la de impedir a altos funcionarios del gobierno de Maduro la entrada a su territorio, así como la elaboración de listas de personas y entidades financieras y bancarias venezolanas con las cuales no se podrá operar. Igualmente, la suspensión de la cooperación militar y la evaluación de los permisos de sobrevuelo de aviones militares venezolanos con ayuda humanitaria sobre territorio nacional. Puede leer: Colombia, ¿el segundo país en impedir el ingreso de funcionarios venezolanos? No hay que olvidar que Cuba, que ya pasó por ese trance, se mantuvo sin relaciones con los países de América Latina y el Caribe durante muchos años y fue objeto de un severo bloqueo por parte de los Estados Unidos, que ningún efecto práctico causó. Parecería que, en la conmemoración de los sesenta años del triunfo de la revolución impulsada por Fidel y Raúl Castro, Cuba no va a abandonar a su protegida. Venezuela no solamente es un país que está apuntando al socialismo, sino que está militarizada integralmente, ya que las “milicias bolivarianas” están armadas hasta los dientes y los militares respaldan a Maduro firmemente. Colombia que está en la mira de Maduro, podría ser el más afectado ante eventuales sus retaliaciones. Los demás países al fin y al cabo están distantes. Desde el envío deliberado de delincuentes, presidiarios y enfermos dentro de la masa migratoria, hasta la expulsión de funcionarios diplomáticos y consulares de su territorio. Sin mencionar medidas de carácter económico y el acostumbrado incremento de incidentes en la frontera. Lea también: Venezuela: la hora de América De otra parte, no obstante la posición del gobierno colombiano de acoger y ayudar a los emigrantes venezolanos y la buena voluntad que ha mostrado la población hacia ellos, se va percibiendo en el país un sentimiento, no de xenofobia, sino de molestia porque en algunas regiones los servicios de salud y de educación no están dando abasto, así como por el incremento de hechos delictivos en los aparecen involucrados ciudadanos venezolanos. Naturalmente que Colombia de ninguna manera puede permanecer silenciosa. Lo deseable es que Venezuela sea una nación próspera y que los llamamientos internacionales sean acogidos. Sin embargo, todo indica que es difícil, al menos en el futuro inmediato, que eso suceda. Para alivio de males, la oposición venezolana no ha logrado aún la unidad y fortaleza necesarias para imponerse. Ya veremos. Lea también: Perú prohibe ingreso a Maduro y cúpula de gobierno de Venezuela