Este viernes, 17 de noviembre, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, tomó juramentos de su cargo un día después de ser reelegido por el Congreso, enfrentándose a una fuerte oposición de la derecha debido a su decisión de amnistiar a los independentistas catalanes.
En una ceremonia en el Palacio de la Zarzuela de Madrid, residencia de la familia real española, el líder socialista prometió ante el rey Felipe VI “cumplir fielmente con las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno” y “guardar y hacer guardar la Constitución”.
Con 51 años de edad, y en el poder desde 2018, Sánchez, ahora investido, anunciará en los próximos días la composición de su nuevo Gobierno, en colaboración con sus aliados de la coalición de extrema izquierda Sumar.
Tras quedar en segundo lugar en las elecciones generales del 23 de julio, detrás de su rival conservador Alberto Núñez Feijóo, sin que ninguno lograra la mayoría absoluta, Sánchez tuvo que negociar en diversos frentes para obtener el respaldo de varias formaciones regionales, incluido el partido del independentista catalán Carles Puigdemont, asegurando de esta manera su continuidad en el poder.
Sin embargo, esto generó molestias entre muchos sectores de la población española, lo que llevó a que se presentara una nueva manifestación en su contra, este sábado 18 de noviembre.
Y es que la derecha española anunció el viernes la apelación a la “resistencia cívica” en vísperas de una nueva gran manifestación en Madrid.
“La resistencia cívica no va a bajar los brazos”, escribió en la red social X (antes Twitter) Cuca Gamarra, vicepresidenta del Partido Popular (PP), el principal partido conservador español, al llamar a los españoles a “salir a la calle” el sábado contra la amnistía, que ha sido fuente de mucha tensión en el país.
La investidura de Sánchez en el Congreso de los Diputados es “un acto de alta traición”, estimó por su parte otro alto cargo del PP, Elías Bendodo, quien acusó al presidente del Gobierno de haber “comprado su investidura vendiendo España” a los independentistas.
Es importante tener en cuenta que, a cambio de los votos necesarios para formar mayoría, Sánchez accedió a una serie de concesiones, entre ellas la polémica ley de amnistía para dirigentes y activistas separatistas procesados por su participación en el intento de secesión de Cataluña en 2017.
Durante la ceremonia de juramento de su cargo el viernes en el Palacio de la Zarzuela de Madrid, ante el rey Felipe VI, Sánchez reafirmó su compromiso de “cumplir fielmente con las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno” y “guardar y hacer guardar la Constitución”.
Ahora, en el poder desde 2018, Sánchez enfrenta la tarea de formar su nuevo Gobierno con los aliados de la coalición de extrema izquierda Sumar, en un intento de reconciliar a un país más dividido que nunca.
En medio de la tensión, un grupo de militares retirados, críticos con la izquierda, emitió un manifiesto el viernes solicitando la destitución del presidente del Gobierno y la convocatoria a elecciones generales, una acción condenada por Aina Vidal, portavoz de Sumar, quien denunció una estrategia de la extrema derecha para desestabilizar el país.
Ante este clima tenso, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, reconoció que el nuevo mandato de Pedro Sánchez será “complejo” y “difícil”, pero afirmó que el Gobierno ha demostrado en los últimos años su capacidad para gestionar situaciones de “máxima complejidad”.