Naciones Unidas volvió a pedir este lunes 15 de enero un alto el fuego humanitario “inmediato” en la Franja de Gaza, donde, según el movimiento palestino Hamás, murieron más de 24.000 personas desde que empezó la guerra con Israel, el 7 de octubre.
“Necesitamos un alto el fuego humanitario inmediato” para garantizar que llegue “suficiente ayuda donde se necesita” y para “apagar las llamas de una guerra más amplia, porque cuanto más se prolongue el conflicto en Gaza, mayor será el riesgo de escalada”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a la prensa en Nueva York.
El conflicto también recrudeció las tensiones entre Israel y los Territorios Palestinos. En Raanana, un suburbio de Tel Aviv, una mujer murió y al menos 13 personas resultaron heridas tras ser atropelladas por un vehículo, según la policía, que detuvo a dos sospechosos palestinos.
En el mar Rojo, los rebeldes hutíes de Yemen dispararon un misil que alcanzó un carguero estadounidense frente a las costas de Adén.
En solidaridad con los gazatíes, un grupo insurgente, afín a Irán, que controla amplios territorios de Yemen, multiplicaron los ataques contra buques que consideran vinculados a Israel en el mar Rojo, una ruta clave para el comercio mundial. Irán pidió el lunes a Estados Unidos y el Reino Unido “poner inmediatamente fin a la guerra contra Yemen”, tras sus bombardeos el viernes contra posiciones de los insurgentes hutíes.
La guerra en Gaza estalló tras el ataque sin precedentes del grupo islamista Hamás en suelo israelí, donde murieron unas 1.140 personas, sobre todo civiles, según un balance de la AFP a partir de datos oficiales israelíes. Unas 250 personas fueron secuestradas, según las autoridades israelíes, y 132 siguen cautivas en Gaza, según las autoridades israelíes.
En respuesta, Israel prometió “aniquilar” a Hamás, en el poder desde 2007 en Gaza, y lanzó una ofensiva aérea y terrestre contra este estrecho territorio. Los bombardeos israelíes ya dejaron unos 24.100 muertos, mayoritariamente mujeres y menores, según el Ministerio de Salud de Hamás, catalogado como una “organización terrorista” por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
Hamás también publicó este lunes un video anunciando la muerte de dos rehenes israelíes, ambos hombres, secuestrados en el sur de Israel el 7 de octubre y llevados a Gaza. Las imágenes, que Israel denunció como una “utilización brutal de los rehenes inocentes”, muestran a una joven que afirma que dos hombres con los que compartió el cautiverio murieron.
La población de la Franja viven en condiciones extremas, con escasez de comida, medicinas y carburante. Según la ONU, 1,9 millones de los 2,4 millones de habitantes han tenido que abandonar sus casas. En Rafah, en el sur de Gaza, cientos de miles de desplazados viven hacinados. Ismail Nabhan comparte una precaria carpa con 27 miembros de su familia y enciende una fogata dentro para protegerse del frío.
“Los niños siempre están enfermos. No paran de toser y estar resfriados, su ropa no es lo suficientemente gruesa para calentarlos”, se lamenta su esposa, Raidah Auad, a la AFP. Tanto Rafah como Jan Yunis, fueron blanco de nuevos bombardeos la madrugada de este lunes.
Sin embargo, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró que la fase intensiva de la guerra en el sur de la Franja “terminará pronto”. “Hemos dicho claramente que la etapa intensiva de operaciones durará aproximadamente tres meses”, afirmó el ministro. “En el sur lograremos ese objetivo y terminará pronto”.
Unicef, el Programa Mundial de Alimentos y la OMS advirtieron en un comunicado conjunto sobre “el riesgo de hambruna” y de “epidemias de enfermedades mortales” en Gaza, y pidieron “cambios fundamentales” en el envío de ayuda humanitaria, entre ellos abrir nuevos puntos de entrada, “más seguros y rápidos”.
Las tres organizaciones de la ONU urgieron a Israel a autorizar el acceso a su puerto en Asdod, unos 40 km al norte de la Franja. La violencia también se ha disparado en Cisjordania ocupada, donde más de 340 palestinos murieron en enfrentamientos con las fuerzas israelíes desde el 7 de octubre, según las autoridades palestinas.
El Ministerio de Salud palestino, con sede en Ramala, afirmó el lunes que tres palestinos murieron en ese territorio, que está ocupado por Israel desde 1967. El ejército y la policía israelí detuvieron además a varios estudiantes en una redada en la universidad Al Najah de Naplusa, según fuentes israelíes y palestinas. El conflicto ha repercutido también en la región, a raíz de las acciones de grupos armados que apoyan a Hamás.
En la frontera entre Israel y Líbano, por ejemplo, se producen escaramuzas diarias con el movimiento chiita Hezbolá, respaldado por Irán. Hezbolá informó el domingo que había efectuado seis ataques en suelo israelí, en uno de los cuales murieron dos civiles, una anciana y su hijo, según las autoridades locales.
Con información de AFP.