Un sacristán murió y un sacerdote resultó herido en un ataque con arma blanca este miércoles a dos iglesias de Algeciras, en el sur de España, informaron las autoridades.
“Pasadas las 7:00 p.m. de este miércoles, un hombre ha entrado en la iglesia de San Isidro de Algeciras, armado con un machete, y ha arremetido violentamente contra un sacerdote presente, dejándolo gravemente herido”, explicó el Ministerio del Interior en un comunicado.
“Posteriormente ha accedido a la iglesia de Nuestra Señora de La Palma en la que, tras causar diversos destrozos, ha atacado al sacristán”, añadió.
“El sacristán ha logrado salir de la iglesia, pero ha sido alcanzado por el atacante en el exterior, donde le ha causado heridas mortales”, prosiguió el ministerio.
“Instantes después ha sido neutralizado y detenido y se encuentra en dependencias de la Policía Nacional”, concluyó.
Según una fuente policial, el agresor estaba vestido con una prenda llamada chilaba, que es una suerte de túnica tejida, y testigos han afirmado que al momento del ataque emitió algunas palabras; al parecer en otro idioma; por lo que no fueron entendibles.
Las noticias de los medios de comunicación locales, basadas en relatos de testigos presenciales, señalan que el atacante iba armado con un arma cortopunzante de importante tamaño.
En ese mismo sentido, en medio de las investigaciones, las autoridades han difundido un video relacionado con el ataque, en el que se puede apreciar al señalado agresor, vestido con pantalones negros y un saco de sudadera gris con capucha blanca y negra, en momentos en que se encuentra esposado, con las manos en la espalda, y caminando bajo la guardia de dos agentes policiales.
“Se están investigando y analizando los hechos, sin que por el momento sea posible determinar la naturaleza del ataque”, continuó el ministerio.
Una portavoz de los servicios de emergencia explicó a la AFP que empezó a recibir numerosas llamadas después de las 7:30 p.m de personas que vieron a un hombre armado con un machete atacar a una persona ante una iglesia, antes de asaltar a otra cerca de la iglesia de La Palma.
Un comunicado de la orden religiosa de los salesianos habló de un tercer ataque a “la capilla de Europa” y explicó que el religioso herido “se encuentra estable dentro de la gravedad”.
Investigación por terrorismo
La Audiencia Nacional, instancia superior a cargo de casos de terrorismo, se hizo cargo de la investigación, explicó a la AFP la Fiscalía.
Las reacciones de responsables políticos se sucedieron tras el atentado.
“Quiero trasladar mis más sinceras condolencias a los familiares del sacristán fallecido en el terrible ataque de Algeciras”, escribió en las redes sociales el presidente del gobierno, Pedro Sánchez.
“Deseo una pronta recuperación a los heridos. Todo nuestro apoyo al trabajo que están llevando a cabo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”, añadió.
Estamos “consternados por los ataques cometidos esta tarde en Algeciras. Mi pésame a la familia del sacristán fallecido y mis deseos de pronta recuperación a los heridos”, tuiteó a su turno el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, del Partido Popular.
El presidente del gobierno andaluz, Juan Manuel Moreno, describió el ataque como “terrible y desgarrador”.
“Han asesinado a un sacristán y han herido, al menos, a otro sacerdote en un ataque que se ha producido en Algeciras”, explicó, antes de llamar a evitar conclusiones precipitadas y reacciones intempestivas.
“Prudencia, se están investigando los hechos”, reclamó.
La Iglesia española, a través del secretario general de la Conferencia Episcopal, Francisco César García Magán, lamentó los hechos.
“Con dolor he recibido la noticia de los acontecimientos en Algeciras. En estos momentos tristes de sufrimiento, nos unimos al dolor de la familia de las víctimas y de la diócesis gaditana y pedimos al Dios de la vida y de la paz, por la pronta recuperación de los heridos”, explicó García Magán.
Los últimos atentados yihadistas en España se remontan a agosto de 2017 y ocurrieron en Barcelona y la localidad balnearia de Cambrils, ambas en Cataluña. Los ataques, reivindicados por el grupo Estado Islámico, dejaron 16 muertos y 140 heridos.
Los tres supervivientes de la célula fueron condenados a ocho, 46 y 53 años de prisión.