El sumo pontífice de la Iglesia católica nombró a 20 nuevos cardenales este fin de semana. Muchos de ellos provienen de Asia, África y América Latina, y son conocidos por sus enfoques progresistas.
Ciudades como Venecia, Milán, Berlín o París, que son diócesis antiguas y quisieran tener un cardenal a la cabeza, se quedaron sin ninguno. En su lugar, algunos de los nuevos cardenales que el papa Francisco agregó este el sábado (27.08.2022) a su lista de posibles electores papales, ejercen en Brasil, Paraguay, Mongolia, Timor Oriental, Singapur y Nigeria. De ese modo, el papa Francisco, que ya lleva nueve años en el cargo, continúa y afina aún más su estrategia, en su octavo consistorio para la admisión de nuevos cardenales.
Más países que nunca
Próximamente, los cardenales que aún no tienen 80 años y están, por eso, habilitados para votar por el sucesor de Pedro, provendrán de 69 países, una cifra récord. En comparación, durante el último cónclave, en 2013, los cardenales eran originarios de 48 países, y durante la elección papal de 2005, de 52. En los dos cónclaves de 1978, había representantes de 51 naciones. A la fecha, 132 cardenales tendrían derecho a participar en un cónclave. Pero, este año, cinco obispos que pueden usar la púrpura cardenalicia cumplirán 80 años, con lo cual ya no pertenecerán al círculo de los electores. El primero de ellos, un obispo de El Salvador, cumplirá ya 80, el 3 de septiembre.
“El papa Francisco sigue un determinado patrón. No se preocupa por el criterio de que algunas grandes ciudades europeas, o, en general, de Occidente, son tradicionalmente la sede de un cardenal”, dice a DW el historiador de la Iglesia Massimo Faggioli. Un ejemplo: desde finales del siglo XIX, Milán siempre tuvo un arzobispo que luego se convirtió en cardenal, nueve en sucesión, dos de los cuales más tarde se convirtieron en papas. Luego, en 2017, llegó Mario Delpini, quien, hasta el día de hoy, no ha recibido la púrpura cardenalicia.
Un misionero se convierte en cardenal
En su lugar, será Giorgio Marengo quien pase a formar parte del círculo de cardenales. Tiene 47 años y es el cardenal más joven del mundo. Nacido en Italia, Marengo trabaja desde hace más de 20 años como misionero en Ulan Bator, Mongolia, y nunca ha atraído la atención internacional. En ese país, viven cerca de 1.300 católicos, y todo lo que se sabe es que, unas semanas antes de que anunciara los nombres de los nuevos cardenales, a fines de mayo, Francisco lo había llamado con motivo de un jubileo de la Iglesia en Mongolia.
Dos de los 16 nuevos cardenales menores de 80 años ejercen en la India: Anthony Poola (60) y Filipe Neri Antonio Sebastiao di Rosario Ferrao (69). Dos radican en Brasil: Paulo Cezar Costa (54) arzobispo de Brasilia, y Leonardo Ulrich Steiner (71), de Manaus. A ellos se suma el arzobispo de Asunción, Adalberto Martínez Flores (71), que se convertirá en el primer cardenal paraguayo.
Latinoamérica, África y, sobre todo, Asia son para el papa más importantes que la “antigua” Iglesia de Europa o Norteamérica. De África vienen dos nuevos cardenales de menos de 80 años. De América Latina, tres (un cuarto, Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo emérito de Cartagena de Indias, en Colombia, acaba de cumplir 80). De Asia, son seis; más que los de Norteamérica y Europa juntos (con uno y cuatro nuevos cardenales por debajo de los 80 años, respectivamente). Quizás por eso, cuando se especula actualmente sobre los favoritos para la elección del nuevo papa, los nombres de representantes de la Iglesia en Asia están siempre presentes.
Se está produciendo un cambio fundamental. Por primera vez, la mayoría de electores papales no proviene de Europa. A día de hoy, todavía hay 53 europeos, de un total de 132. En decisiones anteriores, los europeos podían esencialmente dirigir el cónclave. Ya no. En el círculo de los cardenales, Francisco hizo realidad lo que hace tiempo es realidad en las estadísticas sobre la religiosidad, o sobre la presencia de católicas y católicos a nivel mundial: dominan otras regiones, sobre todo, África, Asia y Latinoamérica. Y el papa argentino de 85 años quiere que en su Iglesia soplen vientos de cambio desde el sur global.
Esto también hace más impredecible un futuro cónclave. Del lado de los candidatos, desde 1378 nadie ha sido elegido papa sin haber sido antes cardenal. Del lado de los cardenales electores, nunca había existido semejante diversidad. “Es muy complicado imaginarse o predecir cómo votarán los cardenales de África o Asia, ya que los temas que tienen en mente son muy diferentes de los de los cardenales de Europa. Y el mayor problema consiste, en mi opinión, en que esos cardenales no se conocen entre sí. Nunca se reunieron”, dice Massimo Faggioli.
Los cardenales de Iglesias jóvenes a menudo se corresponden con el modelo de los “obispos de Francisco”. Son cercanos a la gente, absolutamente devotos, pero comprometidos a nivel sociopolítico, por ejemplo, con grupos marginados. Ese es el caso del misionero Marengo, en Mongolia, o de Peter Okpaleke, en Nigeria. Este obispo de 59 años se desempeñó durante años en una diócesis cuyos fieles no lo respetaban debido a su origen étnico. Francisco lo apoyó y, en 2020, le asignó una nueva diócesis, Ekwulobia, en el sur del país, en la que trabaja actualmente.
También el único obispo estadounidense y el único de una metrópoli europea que ahora se convertirán en cardenales, encajan en el patrón de “los obispos de Francisco”. Robert Walter McElroy (68), obispo de San Diego, en California, es uno de los pocos en Estados Unidos que criticó tempranamente la política migratoria del expresidente Donald Trump, e hizo hincapié a nivel eclesiástico en la cercanía a Francisco, sin dejarse llevar por tendencias ultraconservadoras. Y el obispo de Marsella, Jean-Marc Aveline (63), nacido en Argelia, se compromete también con la política de migración en esa ciudad multicultural.
Una reunión poco común da lugar a especulaciones
Cardenales de 69 países, muchos de los cuales no se conocen entre sí: esa es al menos una de las razones del consistorio, el gran encuentro de cardenales al que convocó Francisco, este 29 y 30 de agosto, para que se vean las caras todos los purpurados del mundo. El consistorio ordinario para la creación de 21 nuevos cardenales se realizó el sábado 27. “Este consistorio extraordinario es tan importante porque ahora el Colegio Cardenalicio es increíblemente diverso”, señala Faggioli. “Los cardenales deben conocerse, ya que en algún momento se celebrará el cónclave, y muchos, o la mayoría de ellos, serán los electores”.
Es el primer consistorio extraordinario desde 2014. El papa Francisco utiliza este medio de comunicación mucho menos frecuentemente que sus antecesores. Por eso, los medios especulan sobre si el papa hablará sobre su posible retiro, o sobre la próxima fase de su pontificado. “El papa Francisco es el papa de las sorpresas”, dice Faggioli, “y no tengo idea de si habrá una”. Pero el experto no espera que Francisco anuncie que se retira. Más bien se trataría de examinar y profundizar en aspectos del nuevo orden de la curia romana, la nueva Constitución “Praedicate Evangelium”, promulgada el 19 de marzo de 2022, que entró en vigor el 5 de junio, y que contiene muchas decisiones de personal.
Según la voluntad del papa, todos los cardenales deben participar en estas consultas de dos días en el Vaticano, incluidos los mayores de 80 años. Tradicionalmente, cuando los papas nombran a nuevos purpurados, también otorgan la dignidad cardenalicia a algunos clérigos de avanzada edad que la merecen. Esta vez son cuatro. En realidad, deberían ser cinco. Pero un obispo belga de 80 años desistió del honor otorgado por Francisco después de unos días. La razón fue una controversia emergente en torno a los errores cometidos por el obispo al tratar los casos de abuso.
*Alianza DW.