Todo indicaba que China había controlado la pandemia. El 19 de marzo el país celebró el primer día sin nuevos casos por contagio local y Wuhan, donde apareció el brote en diciembre, levantó la cuarentena junto con el resto de la provincia de Hubei desde el 25 del mismo mes. Este lunes, sin embargo, el país presentó 108 casos nuevos, el aumento más alto de las últimas seis semanas. Según las autoridades sanitarias, unos 98 contagios corresponden a ciudadanos que llegaron del exterior. Para reducir la cifra de estos casos conocidos como “importados”, el Gobierno decidió limitar el ingreso al país desde el 28 de marzo y solo quedaron autorizados los vuelos humanitarios. Pero la medida no parece haber funcionado.
La mayoría de estos casos importados corresponden a pasajeros chinos provenientes de Rusia ya que muchos están tratando de regresar al país por vía terrestre. Lo que hacen es volar de Moscú a Vladivostok, y de allí entran a China a través de Suifenhe, ciudad fronteriza entre ambos países ubicada al sureste de la región de Heilongjiang
A raíz de esta situación, el país asiático decidió cerrar su paso terrestre porque de acuerdo con lo últimos reportes Suifenhe se ha convertido en los últimos días en “la nueva Wuhan”. El consulado chino en Vladivostok informó que cerca de 243 ciudadanos chinos, positivos por coronavirus, lograron cruzar la frontera y hasta el sábado esta ciudad había reportado unos 194 casos confirmados y 100 asintomáticos. Así mismo, tanto en Suifenhe como en Harbin, la capital de la región, impusieron nuevamente cuarentena por 28 días para controlar los contagios. También incrementaron los controles fronterizos en ese territorio. Ante este panorama, según la cadena de noticias Xihuan, un equipo de 15 médicos fue enviado desde Beijing a Suifenhe para hacerle frente a la nueva aparición de casos. Hacen parte del Instituto Nacional para el Control y la Prevención de Enfermedades Virales y son especialistas en pruebas de laboratorio.
Además, adecuaron un hospital para poder atender a los pacientes de covid-19 en esta ciudad. Trasladaron 600 camas hospitalarias y material médico para enfrentar un posible aumento de casos por aquellos ciudadanos provenientes de Rusia. Por otro lado, un avión que aterrizó en Beijing, procedente de Moscú, transportaba a unas 60 personas que habían dado positivo previamente. Estos pasajeros fueron puestos en cuarentena inmediatamente. La situación preocupa en China ya que su principal reto es contener los casos importados pues el contagio local está prácticamente controlado. Las buenas noticias también deben conocerse y el domingo pasado fue el segundo día en el que no se reportaron nuevas muertes en el país. Además unos 50 pacientes se curaron y fueron dados de alta. Rusia, una cara distinta En los últimos días, la situación en el país se ha complicado. Un reporte del Gobierno ruso, afirmó que los casos están creciendo rápidamente y están llegando al límite hospitalario. De acuerdo con las autoridades sanitarias, las hospitalizaciones en este país se han duplicado en las últimas semanas y ya ascienden a más de 6.000 pacientes en estas condiciones. La mayoría menores de 45 años.
A la fecha el país suma más de 18.000 casos en total, dentro de los cuales registra 148 muertes. Lo que llama la atención es la ausencia del presidente Vladimir Putin, quien se retiró a su casa de campo dejando tanto al alcalde de Moscú y al primer ministro, Mijail Mishustin, al mando de la crisis sanitaria. El mandatario decretó cuarentena nacional en marzo, con estrictas medidas y consecuencias para quien la incumpla. Entre ellas, ir a la cárcel por cinco años.