El día en el que murió el líder de Al Qaeda Osama bin Laden fue para el presidente de EE.UU., Barack Obama, "el más importante" de su mandato, pues ejecutar aquel ataque, ha sido una de las pocas decisiones que ha tenido que tomar completamente bajo su responsabilidad, según relató el mandatario en una entrevista con la cadena NBC emitida el miércoles. Un año después de la operación, conocida como 'Lanza de Neptuno', la cadena NBC emitió la entrevista grabada el pasado jueves en la sala de crisis de la Casa Blanca, una habitación de alto secreto en la que apenas se ha permitido el acceso a la prensa, y mucho menos la concesión de entrevistas televisadas. "Elegí el riesgo. La razón por la que estaba dispuesto a tomar la decisión de enviar a los nuestros para tratar de capturar o matar a Bin Laden en vez de tomar otras opciones, fue, en última instancia, porque yo tenía el cien por ciento de fe en los Navy Seals (grupos especiales de la Marina)", confesó el presidente en la entrevista. La sala donde se realizó la entrevista fue precisamente donde se tomó la famosa imagen del presidente rodeado de su equipo de seguridad nacional, con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, cubriéndose la boca con la mano ante las imágenes de la operación que acabaría con el líder de Al Qaeda la madrugada del 2 de mayo del 2011 en Abbottabad (Pakistán). La operación era tan sumamente delicada que en los días previos el presidente no compartió los detalles con las personas más cercanas a él, ni siquiera con la primera dama, Michelle Obama. Tampoco lo sabía el expresidente Bill Clinton porque su esposa, la secretaria de Estado, no podía revelar ni un detalle. El jueves 28 de abril del 2011, el presidente reunió a sus asesores en la sala de crisis para decidir o no si correr el riesgo de llevar a cabo la misión basándose en los datos que, entre otros, le había entregado el entonces director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y hoy secretario de Defensa, Leon Panetta. "No hubo consenso", explicó el vicepresidente Joe Biden, que también fue entrevistado por la NBC para relatar cómo vivió la operación, y que en aquel momento optaba por esperar para tener una confirmación sin atisbo de duda de que Bin Laden se encontraba en el complejo hacia el que apuntaban las investigaciones de la CIA. "Nunca fue polémico porque creo que todo el mundo entendía los pros y los contras de la acción", relató el presidente. "Las personas que defendían la acción entendían que si esto no funcionaba, si fallábamos, habría graves consecuencias geopolíticas y, obviamente, lo más importante, podríamos estar poniendo en peligro las vidas de nuestros valientes Navy Seals". Obama necesitaba asegurarse de que el despliegue fuese exitoso para "no poner en riesgo las vidas de los grupos especiales en vano" y sabía que tenía que tomar la decisión correcta "para poder continuar mirándose al espejo". Cuando en la tarde del primero de mayo comenzó la operación, el equipo se reunió en la sala de crisis, y al presidente se le preguntó si quería ser informado periódicamente de esta. Él rechazó la oferta y directamente fue a la pequeña sala de conferencias anexa, donde pudo ver en tiempo real, a través de las imágenes de un drone, lo que estaba aconteciendo. "El plan era muy específico en cuanto a nuestra aproximación al objetivo, pero cuando vimos a un helicóptero perdiendo el control nos dimos cuenta de que las cosas no iban bien. La parte más crítica de la operación fue cuando vimos a aquel helicóptero aterrizar donde no debía", explicó Obama desde aquella misma sala. Preguntado por si temía que el fallo de aquella operación terminara con su mandato, el presidente respondió que en aquel momento "solo pensaba en que aquellos muchachos volvieran sanos y salvos a casa". "Solo hasta que oímos que habían localizado a 'Jerónimo', el nombre clave con el trataban a Bin Laden, y más tarde escuchamos 'Jerónimo KIA (muerto en acción)', pudimos comenzar a respirar", confesó el presidente. Obama, que se negó a publicar fotografías del cadáver de Bin Laden, subrayó que es "erróneo" decir que cuando vio las imágenes del exlíder de Al Qaeda abatido por primera vez hizo "un choca esos cinco". "Uno tiene una imagen de un cadáver y, ya sabe, independientemente de quien sea, siempre hay que estar sobrios ante la muerte. Pero comprendo la satisfacción para el pueblo estadounidense, lo que significó para las familias del 11-S, lo que significó para los hijos de las personas que murieron en las Torres Gemelas que nunca llegaron a conocer a sus padres. Creo que ese momento fue una profunda satisfacción para el país". EFE