Hace poco más de un mes sucedió la tragedia de la cápsula Titán, de la compañía OceanGate, que prometía llevar turistas a conocer los restos del transatlántico Titanic. En este suceso murieron cinco personas a bordo, entre ellas un joven de 19 años y el mismo CEO de la empresa, Stockton Rush, tras una implosión generada por la fuerte presión del océano sobre el vehículo.
Esta semana, en medio de una entrevista con el medio 60 Minutos Australia, Karl Stanley, hombre reconocido por ser quien advirtió en un inicio los riesgos del sumergible cuando se encontraba trabajando con Rush, afirmó para el medio que su compañero había diseñado una “ratonera para multimillonarios”. Stanley fue uno de los primeros pasajeros que tuvo Titán en 2019, así como amigo y socio del CEO de OceanGate.
En su entrevista, Stanley continuó afirmando que su amigo, Stockton Rush, tenía conocimiento sobre los grandes riesgos del sumergible y aún así había decidido seguir promoviendo y vendiendo los viajes para todos aquellos que pudieran pagar la experiencia, sin siquiera desistir ante los peligros para sus usuarios ni hacer las modificaciones necesarias para mitigar las tragedias.
“Definitivamente sabía que iba a terminar así. Literal y figurativamente salió con la mayor explosión en la historia humana con la que puedes salir (...) Fue la última persona en asesinar a dos multimillonarios a la vez y hacer que pagaran por el privilegio (...) Creo que Stockton estaba diseñando una ratonera para multimillonarios”, afirmó Stanley en su entrevista.
Además, aprovechó para hablar sobre su primer viaje en la cápsula, recordando la mala experiencia que tuvo y los fuertes sonidos que registró cuando se encontraba bajo el océano, momento en el que afirmó sentir que “un área del casco se estaba rompiendo”, según contó semanas antes para la cadena estadounidense CNN.
“Ese es un gran sonido para escuchar cuando estás tan lejos bajo el océano en una nave que solo ha estado tan profunda una vez antes”, afirmó Stanley para el medio australiano, reafirmando lo tenebroso que resultó el percibir el fuerte ruido ante el silencio del mar.
Stanley, ciudadano estadounidense que hoy reside en Honduras, donde tiene un negocio de sumergibles turísticos, dijo a CNN, que cuatro años atrás fue invitado por Stockton Rush, para vivir de primera mano un viaje turístico de prueba de la nave.
“Sonaba como una falla/defecto en un área sobre la que actuaban las tremendas presiones y que estaba aplastada/dañada”, explicó en ese momento.
Incluso, resaltó que, aunque las fallas en el sumergible fueron denunciadas después de la inmersión en el agua cuatro años atrás a través de un correo electrónico, nunca recibió respuesta. Hoy, las sospechas de defectos en el submarino parecen darle la razón a Karl Stanley.
Al mensaje, de hecho, tuvo acceso el medio The New York Times, que corroboró el llamado de alerta. “Un área del casco se estaba rompiendo”, decía la misiva. Empero, más allá de la advertencia, no se habría realizado otro tipo de intervención para evitar la tragedia de este año.
Esta no fue la única solicitud de revisar posibles fallas en el sumergible de OceanGate, que esta compañía recibió. Puesto que, en 2018, como reseñó el Daily Mail, expertos en la industria de los submarinos, exploradores y hasta oceanógrafos advirtieron al CEO de la compañía los riesgos de un viaje turístico en el Atlántico Norte a tal profundidad.
“Sugerimos: ‘Mira, estás yendo demasiado rápido, y la idea de pasar por alto el proceso de clasificación existente puede tener graves consecuencias’”, explicó al diario en mención Will Kohnen, jefe del comité de vehículos submarinos tripulados de la Marine Technology Society.