A través de un comunicado publicado la noche de este domingo, 24 de abril, por la OEA, y retomado a través de sus redes sociales por el secretario de dicha Organización, el diplomático uruguayo, Luis Almagro, la entidad internacional elevó una voz de rechazo por los hechos acaecidos durante esa jornada en la ciudad de Managua, Nicaragua, donde las autoridades de ese país “ocuparon de forma ilegítima”, las oficinas del organismo internacional.

Según advierte la OEA, actuación denunciada representa una “violación a las más elementales normas internacionales”, recordando que, aunque actualmente Nicaragua se encuentra en el proceso de retiro de la Organización, tras denunciar su vinculación, y según los estatutos del mismo organismo, seguirá vinculado, con derechos y deberes, por dos años más.

En su comunicado, la OEA recuerda que Nicaragua es uno de los miembros firmantes del tratado constitutivo que dio creación a la Organización de Estados Americanos, y que si bien “ha denunciado su carta”, esta salida efectiva solo entrará “en vigor a finales del año 2023″.

El organismo también adujo que dicha desvinculación de Nicaragua al tratado constitutivo de la OEA, también está sujeto a que en el momento en que se cumple el plazo, posterior a la carta de desvinculación, “este país haya cumplido con todas las obligaciones que el Sistema Interamericano le impone a todos sus miembros”.

“Nicaragua es miembro pleno de la Organización y debe cumplir con todas sus compromisos”, señaló la OEA en su comunicado, advirtiendo que lo sucedido en Managua representa una afrenta a la Carta de la OEA, más precisamente al artículo 33 de dicho tratado internacional, recordando que en este se establece que los Estados firmantes deberán “garantizar la inmunidad de sus actividades en los países miembros”.

En consecuencia, la dirigencia de la OEA, instó a Nicaragua, más precisamente al Gobierno del actual presidente, Daniel Ortega, a respetar “las obligaciones que hoy rigen su relación con la OEA”, señalando que estos lineamientos rigen cualquier vinculación de los diferentes estados a las correspondientes organizaciones internacionales de las que hacen parte.

En virtud de lo anterior, la OEA advierte que con la irrupción de funcionarios nicaragüenses en las oficinas del organismo en la ciudad de Managua, se violó el principio de inviolabilidad que opera sobre las oficinas de la institución, así como los documentos y archivos que allí reposan.

En consecuencia, desde la Secretaría General de la OEA, se hizo responsable al Estado nicaragüense sobre las “consecuencias” de los hechos derivados de ello.

Los hechos a los que se refiere la OEA ocurrieron el pasado domingo y estuvieron complementados por el anuncio de las autoridades nicaragüenses de realizar “un retiro anticipado” de la Organización, retirando en ese orden de ideas a sus representantes ante la entidad, y ordenó el cierre de la sede física del organismo en la capital del país, arremetiendo a su vez contra el organismo, señalando que su actuación es “calamitosa, truculenta y mentirosa”.

“A partir de esta fecha dejamos de formar parte de todos los engañosos mecanismos de este engendro”, afirmó el ministro de Exteriores nicaragüense, Denis Moncada, arremetiendo contra el organismo al que tildó de “dependiente del Departamento de Estado de EE. UU.”.

En su pronunciamiento, Moncada se refirió a su vez al retiro de la representación diplomática nicaragüense ante la sede del organismo, afirmando que “no tendremos presencia en ninguna de las instancias de ese diabólico instrumento del mal llamado OEA”.

Nicaragua denunció la carta constitutiva de la OEA, comenzando su proceso de desvinculación en el mes de noviembre de 2021, luego de pronunciamientos de funcionarios de la Organización, quienes cuestionaron la legitimidad de las elecciones nicaragüenses, dadas las condiciones de censura a la libertad de expresión, a la prensa y a los candidatos diferentes a Ortega, quienes en su gran mayoría resultaron encarcelados, favoreciendo la reelección de Ortega, la cual fue cuestionada por la institución y varios de sus países miembro.

En ese sentido, y denunciando la intromisión en asuntos internos, los representantes diplomáticos de la OEA radicaron la correspondiente carta de desvinculación.