La isla del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, que registró una erupción violenta el 15 de enero, con un gigantesco hongo de vapor, gas y ceniza, ha desaparecido en su práctica totalidad.
La erupción fue vista desde el espacio, además expertos señalaron que es la primera vez que un fenómeno natural de estos produce ondas atmosféricas y advirtieron que las consecuencias podrían afectar las condiciones meteorológicas de regiones tan distantes como Europa.
Gracias a imágenes satelitales, científicos atmosféricos han identificado unas extrañas e inusuales ondas que recorren la atmósfera del planeta desde la erupción del volcán. Lars Hoffmann, del Centro de Supercomputación de Jülich en Alemania le dijo a Nature: “Es realmente único. Nunca habíamos visto nada parecido en los datos”.
El primero en dirigir su atención a este fenómeno fue Scott Osprey, científico del clima de la Universidad de Oxford del Reino Unido, que a través de Twitter publicó un video sobre la erupción y le preguntó al físico atmosférico Corwin Wright: “Vaya, me pregunto qué tan grandes serán las ondas gravitatorias atmosféricas de esta erupción”.
Lo que logran ver los científicos en las imágenes son varios círculos que se replican rápidamente y se van expandiendo como una onda.
¿Qué es una onda atmosférica?
Una onda atmosférica es una perturbación periódica en el campo de las variables atmosféricas, que puede ser propagada como una onda o comportarse como una onda estacionaria. En una escala espacial y temporal, las ondas atmosféricas van desde la gran escala planetaria a las ondas sonoras.
Aunque el origen del extraño fenómeno parece estar claro, sus potenciales efectos preocupan a los científicos, en gran parte porque es la primera vez que ocurre.
Las ondas, que se extienden por más de 16.000 kilómetros, llegaron hasta la ionósfera (la capa de la atmósfera que se encuentra entre los 80 y 500 kilómetros de altitud) y podrían afectar patrones meteorológicos en lugares tan lejanos de Tonga como Europa, según Osprey.
Además, la erupción del volcán Hunga Tonga Hunga Ha’apai provocó una columna de humo de 30 kilómetros de altura, captada de forma espectacular por los satélites, y envió ceniza, gas y lluvia ácida a extensas zonas del Pacífico.
También provocó un tsunami que llegó hasta las costas de Estados Unidos, Japón y Chile. En Tonga, el incremento del nivel del mar llegó “hasta los quince metros”, indicó el gobierno de este país en un comunicado.
Casi toda la población de la isla, de 100.000 personas, se ha visto afectada y las evaluaciones iniciales apuntan a una necesidad urgente de agua potable.
“El abastecimiento de agua a lo largo de Tonga se ha visto seriamente impactada por la ceniza y el agua salada del tsunami”, explicó Katie Greenwood, de la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
Indicó que hay un “peligro creciente de enfermedades como cólera y diarrea” a causa de la situación del agua.
Tonga ha estado prácticamente aislado del mundo desde la erupción y depende de los teléfonos por satélite para comunicarse con el exterior. La situación puede seguir así durante al menos un mes.
En Tonga, el gobierno indicó que una aldea en la isla Mango fue completamente arrasada por la ola generada por la erupción y otras apenas disponen de algunas casas en pie.
En su comunicado señalaron el envío de equipos de rescate para evacuar a los habitantes de las zonas más castigadas, además de buques del ejército con trabajadores sanitarios y suministros de agua, comida y tiendas.
El volcán tuvo repercusiones por todo el Pacífico. El oleaje anómalo causó un derrame de petróleo en Perú, con una mancha negra de al menos 18.000 metros cuadrados que afecta playas, áreas protegidas y fauna marina en la provincia de Callao.
Con información de AFP.