Justo tras las declaraciones del Departamento de Estado de Estados Unidos indicando que Putin estaba gestionando directamente el traslado forzado ucranianos a su territorio, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU (Ohchr, por sus siglas en inglés) se sumó a la denuncia y afirmó que tenían indicios de que Rusia también estaba dando en adopción a los menores a familias nacionales.
Las declaraciones se dieron en medio del Consejo de Seguridad de la ONU, por parte de la directora de la Ohchr, Ilze Brands, afirmando que tenían informaciones “creíbles” que implicaban al gobierno ruso en el traslado forzoso de pequeños ucranianos hacia su territorio, y con el objetivo de darles la nacionalidad rusa, entonces los daban en adopción.
Como “un procedimiento abreviado para dar la ciudadanía rusa a niños sin acompañamiento paterno”, describió Brands recordando que este tipo de situaciones fueron prohibidas en la Cuarta Convención de Ginebra, y que Rusia se había comprometido por lo que aparece como firmante.
“Cambios de estatus infantil, incluida la nacionalidad”, estarían prohibidos, según resaltó la alta funcionaria de las Naciones Unidas. Además, agregó que desde Moscú se estaría haciendo lo posible por ocultar los movimientos incluso, a miembros del gobierno, con el objetivo de evitar que estos pequeños se vuelvan a reencontrar con sus familias biológicas.
Por otro lado, el Departamento de Estado exigió que Rusia detuviera el programa, en momentos en que el Consejo de Seguridad de la ONU se apresta a abordar el tema, e indicando que era la oficina de Putin la que estaba gestionando los traslados forzados.
“Estados Unidos tiene información de que funcionarios de la administración presidencial rusa están supervisando y coordinando las operaciones de filtrado” de miles de ucranianos, dijo el vocero adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel.
Estos funcionarios del más alto nivel “proporcionan listas de ucranianos a los que apuntar”, agregó durante una rueda de prensa, acusando a “Rusia de llevar a cabo estas operaciones como parte de sus esfuerzos por anexar partes de los territorios de Ucrania bajo su control”.
El Kremlin ha sido acusado de crímenes de guerra y de lesa humanidad por trasladar a adultos y niños ucranianos a Rusia desde que invadió Ucrania el 24 de febrero.
Patel afirmó que la reubicación forzada, o filtración, apunta a personas que Moscú considera como potenciales amenazas para el control ruso de Ucrania.
Algunos son reubicados en campamentos rusos para desalojar poblaciones en las regiones del este de Ucrania que Rusia ha ocupado; otros son enviados a prisiones en Rusia, según funcionarios estadounidenses. Las operaciones se hacen con ayuda de tecnología como reconocimiento facial y datos biométricos, así como bases de datos para encontrar y sacar a personas de sus casas, según Patel.
“Rusia ha recurrido sistemáticamente a la práctica de las deportaciones forzadas anteriormente, y es difícil exagerar el miedo y la miseria que evoca para las personas obligadas a vivir bajo el control del Kremlin”, dijo Patel.
En julio, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, acusó a Rusia de deportar a la fuerza a más de 1,6 millones de ucranianos. “El traslado y la deportación ilegal de personas protegidas es una grave violación del Cuarto Convenio de Ginebra sobre la protección de civiles y es un crimen de guerra”, dijo Blinken.
*Con información de AFP.