La ONU se alarmó el martes por la presunta ejecución de decenas de civiles, incluyendo niños, en Alepo a manos de soldados del régimen sirio, que está a punto de conquistar totalmente esta ciudad, la segunda de Siria.Sometidos a cuatro semanas de violentos bombardeos aéreos y al fuego de la artillería, los rebeldes perdieron la casi totalidad de su antiguo feudo del este de Alepo y están arrinconados, junto con decenas de miles de civiles, principalmente en el barrio de Al Mashad.Le puede interesar: La Ana Frank del siglo XXIMientras que el régimen está a punto de marcar su mayor victoria desde que comenzara el conflicto en 2011, la ONU mostró públicamente su consternación por las informaciones de que decenas de civiles habrían sido asesinados por las fuerzas progubernamentales en al menos cuatro barrios reconquistados por el ejército. "Anoche, recibimos informaciones que indicaban que las fuerzas progubernamentales habían asesinado a, al menos, 82 civiles, incluyendo 11 mujeres y 13 niños", anunció en Ginebra el portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Rupert Colville. Colville precisó que, según "múltiples fuentes dignas de fe [...] fuerzas progubernamentales han entrado en casas de civiles y han matado a quienes había dentro, incluyendo mujeres y niños". ‘Lógica venganza‘Según estas mismas informaciones, "decenas de civiles fueron abatidos por las balas el lunes en la plaza Al Ahrar, en el barrio de Kalasé, y también en el barrio de Bustan Al Qasr, por las fuerzas gubernamentales y sus aliados, incluido, aparentemente, el grupo armado iraquí Al Nujabaa". El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había mostrado su preocupación el lunes por las informaciones que daban cuenta de atrocidades "contra un gran número" de civiles. El jefe del grupo de trabajo para la ayuda humanitaria en Siria, Jan Egeland, también arremetió contra "las atrocidades cometidas por las milicias victoriosas en Alepo". "Hacemos responsables a los gobiernos de Siria y de Rusia", declaró en Twitter.  Por su parte, el ministro de relaciones exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, denunció el martes la "lógica venganza y el terror sistemático" del régimen sirio en Alepo. Los civiles tampoco esconden su profunda angustia. "Nuestro destino está sellado. ¿Porqué escondernos? Eso no nos hará ningún bien. Moriremos o nos detendrán", declaró el lunes por la noche a la AFP Ibrahim Abu Al Leith, portavoz de los Cascos Blancos, la organización de socorristas que opera en los barrios de la rebelión. Una fila interminableEl ejército sirio y las fuerzas extranjeras que lo apoyan controlan más del 90% del este de Alepo. El martes por la mañana, dirigían operaciones de rastreo sin haber efectuado avances importantes, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). "Hay decenas de cuerpos en las calles a causa de los intensos bombardeos dirigidos por las fuerzas del régimen. No tenemos ninguna confirmación de las ejecuciones", precisó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pidió el martes a todas las partes que "respeten las vidas humanas" en Alepo, donde "las vidas de miles de civiles están en peligro". La televisión pública retransmitía el martes imágenes de los barrios conquistados a los insurgentes: un paisaje de desolación, de ruinas y de escombros bajo la llovizna. Varios cientos de civiles abandonaban la zona poco a poco, en una fila interminable, algunos envueltos en abrigos o mantas, con sus hijos pequeños y sus parcas pertenencias en bolsas de plástico. La conquista total de Alepo, dividida desde 2012, permitiría al régimen de Bashar Al Asad controlar las cinco mayores ciudades de Siria, con Homs, Hama, Damasco y Latakia. Un giro que no hubiera sido posible sin la ayuda de Moscú, aliado inquebrantable de Damasco. Activo en Siria desde septiembre de 2015, el ejército ruso ha llevado a cabo cuatro semanas de bombardeos particularmente mortales y destructores en Alepo, que han allanado el terreno para la victoria del régimen. Los insurgentes comenzaron a perder terreno cuando el ejército, apoyado por combatientes iraníes y por el Hezbolá libanés, lanzó una campaña fulgurante el 15 de noviembre.En cuatro semanas, la operación militar en Alepo ha costado la vida a más de 463 civiles en el este de Alepo, según el OSDH, mientras que 130 civiles han fallecido en el oeste de la ciudad. Desde el 15 de noviembre, más de 130.000 civiles han huido del los barrios del este.