La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, advirtió el sábado que la extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, para ser juzgado por espionaje en Estados Unidos, puede tener un “efecto amedrentador” sobre el periodismo de investigación.
Assange, detenido desde 2019 en una cárcel de alta seguridad de Belmarsh, cerca de Londres, presentó una apelación contra la orden de extradición aprobada por el gobierno británico.
El australiano, de 51 años, puede ser condenado en Estados Unidos a 175 años de cárcel por haber divulgado en 2010 en su sitio WikiLeaks más de 700.000 documentos confidenciales sobre las actividades militares estadounidenses, especialmente en Irak y Afganistán.
“Soy consciente de los problemas de salud que Assange ha padecido durante su detención y sigo preocupada por su bienestar físico y mental”, indicó Bachelet en un comunicado, tras reunirse el jueves con la esposa y los abogados del inculpado.
“La posible extradición y el enjuiciamiento de Assange plantea preocupaciones sobre la libertad de prensa y el eventual efecto amedrentador sobre el periodismo de investigación y sobre los lanzadores de alerta”, destacó la expresidenta chilena.
“En estas circunstancias, querría destacar la importancia de garantizar el respeto de los derechos humanos de Assange y en particular el derecho a un juicio justo y a las garantías de un debido proceso”, agregó.
“Mi oficina continuará siguiendo de cerca el caso de Assange”, subrayó Bachelet, que en junio anunció que no aspiraba a un nuevo mandato como responsable de Derechos Humanos de la ONU y espera que se le designe un sucesor.
El triste final de Julian Assange, fundador de WikiLeaks
En 2010, Julian Assange un desconocido activista, programador y periodista australiano saltó a la fama a través de WikiLeaks, una página web sin ánimo de lucro que puso en evidencia cómo militares estadounidenses asesinaron a un periodista de Reuters, su ayudante y nueve personas más en Afganistán, creyendo que eran terroristas.
Después de eso, WikiLeaks y Assange sacaron a la luz pública una serie de escándalos sobre las actuaciones del gobierno de los Estados Unidos y su ejército. Por ejemplo, los diarios de la Guerra de Afganistán revelaron asesinatos de civiles, fuego amigo y conexiones entre Pakistán y los talibanes.
Así mismo, publicaron información sobre torturas sistemáticas en Irak, civiles asesinados que fueron catalogados como terroristas, violaciones y abusos sexuales por parte del ejército iraquí. También miles de telegramas que involucraron a decenas de países, informes de torturas y tratos inhumanos en la cárcel de Guantánamo, en la cual también se encarcelaban personas sin pruebas ni juicio alguno.
Desde entonces, Assange se convirtió en un prófugo de la justicia, ya que Estados Unidos buscaba encarcelarlo por haber filtrado miles de documentos confidenciales. En total, se le acusa de 18 delitos distintos. Estos son: un cargo de conspirar para recibir información de defensa nacional, siete cargos por obtener dicha información, nueve cargos por haber revelado esa información y otro cargo por conspirar para acceder a una computadora de manera ilegal.
Si bien en 2012 fue acogido por la embajada ecuatoriana en Londres bajo la figura de asilo político, el gobierno de Lenín Moreno le retiró ese refugio en 2019, por lo cual, fue detenido por las autoridades británicas con el fin de extraditarlo a los Estados Unidos, decisión que después de años de dilaciones, fue confirmada esta semana.
Actualmente, se encuentra recluido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, donde su condición física y mental ha ido en un deterioro constante. De las 24 horas del día, 23 las pasa encerrado en soledad y solo se le dan 45 minutos de ejercicio al aire libre, donde el resto del penal es totalmente evacuado para que no tenga ningún tipo de contacto con algún recluso.
*Con información de AFP.