La ONU calcula que el terremoto de Afganistán ha destruido unas 2.000 viviendas, y la falta de maquinaria está dificultando la búsqueda de supervivientes, dijo el miércoles un enviado de la organización.
“Creemos que cerca de 2.000 casas han quedado destruidas”, dijo a periodistas desde Kabul el coordinador humanitario de las Naciones Unidas para Afganistán, Ramiz Alakbarov.
El terremoto sacudió una remota región fronteriza del este de Afganistán el miércoles, matando al menos a 1.000 personas, aunque se espera que el número de víctimas aumente.
Al informar a los periodistas destinados a la sede de la ONU, en Nueva York, Alakbarov resaltó que el número de personas desplazadas sería mucho mayor, ya que “el tamaño medio de una familia afgana es de al menos siete u ocho personas” y que a veces varias familias viven en una sola casa.
Alakbarov dijo que las “autoridades de facto” de Afganistán, los talibanes, habían desplegado más de 50 ambulancias y cuatro o cinco helicópteros en la provincia de Paktika, gravemente afectada, además de dar ayuda en efectivo a las familias de los fallecidos.
Sin embargo, sugirió que la falta de maquinaria dificultaba los trabajos de rescate en la zona.
“Nuestros equipos no disponen de equipos específicos para sacar a la gente de debajo de los escombros. Esto tiene que depender principalmente de los esfuerzos de las autoridades de facto, que también tienen ciertas limitaciones en ese sentido”, precisó.
Así mismo, la ONU y sus socios humanitarios desplegaron este miércoles sus fuerzas para ayudar a las poblaciones afectadas por el potente terremoto en Afganistán, con la prioridad inmediata de proporcionar refugio y atención de emergencia.
La Oficina de ese organismo para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) aseguró en su primer boletín sobre el sismo que “dada las abundantes lluvias y el frío, inhabituales en esta época, el refugio de emergencia es una prioridad inmediata”.
La población también necesita atención de emergencia, ayuda alimentaria y no alimentaria, y asistencia en servicios de agua, saneamiento e higiene, agregó.
“Aunque los esfuerzos de búsqueda y rescate están en marcha, las fuertes lluvias y el viento obstaculizan” la ayuda, advirtió la OCHA.
Así mismo, aseguró que las organizaciones humanitarias socias han comenzado los preparativos para ayudar a las familias afectadas en las provincias de Paktika y Khost “en coordinación con las autoridades gobernantes de facto”.
Despliegue de organismos internacionales
Varios organismos, entre ellas la Organización Mundial de la Salud, OMS, y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, comenzaron a desplegar equipos de salud, medicamentos de emergencia y otras ayudas en esas provincias.
El terremoto de magnitud 6,1 en la escala Richter sacudió Pakistán y Afganistán, a unos 44 kilómetros de la ciudad de Khost, en el sureste de Afganistán, a una profundidad de 51 kilómetros.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) registró el terremoto que se produjo a unos 44 km de la ciudad de Khost. Al menos 1.000 personas murieron en el potente desastre natural que sacudió el este de esos países, según un alto responsable de una de las provincias más afectadas.
“Desafortunadamente, durante la última noche se registró un grave terremoto en cuatro distritos de la provincia de Paktika que mató e hirió a cientos de nuestros conciudadanos y destruyó decenas de casas”, expresó el portavoz del Gobierno afgano, Bilal Karimi.
“Pedimos a todas las agencias de ayuda que envíen inmediatamente equipos a la zona para evitar una mayor catástrofe”, señaló en un mensaje publicado en su cuenta oficial en la red social Twitter.
Los medios de comunicación de Pakistán informaron que un sismo leve ha sacudido la capital, Islamabad y otras partes del país, sin que por ahora las autoridades paquistaníes se hayan pronunciado sobre el siniestro en su territorio, además de los datos que ya se conocen.
Por su parte, el Papa Francisco expresó su cercanía a la población de Afganistán tras el terremoto ocurrido este miércoles de madrugada, en el que, según los primeros recuentos oficiales, más de 600 personas resultaron heridas.
“Un terremoto causó grandes daños y víctimas en Afganistán. Expreso mis condolencias a los heridos y todos los afectados por el terremoto; rezo en particular por los que han perdido la vida. Espero que con la ayuda de todos se pueda aliviar el sufrimiento del querido pueblo afgano”, expresó el Papa en sus saludos durante la Audiencia General de este miércoles.
Además, Francisco expresó su “dolor y consternación” ante el asesinato en México de dos religiosos jesuitas a los que ha llamado “mis hermanos jesuitas” y un laico, al tiempo que ha condenado que sucedan tantos “asesinatos en México”.
“Me acerco con afecto y oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia”, manifestó. Del mismo modo, agregó: “Una vez más repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta el ‘sufrimiento inútil’”.
Antes de su catequesis semanal, el pontífice, como es habitual, se paseó en papamóvil saludando a los fieles presentes en la plaza de San Pedro del Vaticano. Francisco subió al vehículo a algunos niños, entre ellos, menores refugiados de Ucrania, que se han visto obligados a huir de su país a consecuencia de la invasión que arrancó el pasado 24 de febrero y que están escolarizados en una escuela de Roma.
“Los niños que estaban conmigo en el papamóvil eran ucranianos: no olvidemos a Ucrania, no perdamos la memoria del sufrimiento de ese pueblo martirizado”, subrayó.
Con información de AFP y Europa Press