Este miércoles, la Organización de Naciones Unidas, ONU, elevó un mensaje para prender las alarmar sobre una delicada situación que ha sido evidenciada por sus funcionarios en Haití, advirtiendo que, en ese país, las cifras de reclutamiento forzado de menores por parte de grupos armados ilegales están tornándose críticas, reconociendo que han presentado un auge considerable en las últimas semanas.

A través de su cuenta oficial de Twitter, la delegación de la ONU en la ciudad de Puerto Príncipe, capital de Haití, señaló que la entidad está “particularmente preocupada por el reclutamiento de menores en pandillas, una de las seis violaciones graves de los derechos de los niños”.

Esta denuncia tiene lugar en medio de una creciente ola de inseguridad y confrontación de grupos armados ilegales en la zona urbana de la principal ciudad de ese país.

Según la denuncia de la ONU, la situación de violencia en Haití requiere de una atención especial y urgente, apuntando que, desde hace décadas, los grupos delictivos presentes en la ciudad de Puerto Príncipe ejercen pleno control de algunos de los barrios socioeconómicamente más vulnerables, y que dicho control ha venido expandiéndose, debido a la debilidad institucional a otros sectores de la ciudad, lo cual traduce en el incremento de los hechos delictivos como robos y asesinatos.

Según recogen medios internacionales, el recrudecimiento de la violencia en este país ha llevado a presenciar situaciones inusitadas, como la revelada recientemente a través de las redes sociales, donde se podía preciar a un pequeño de tan solo 10 años, con el rostro enmascarado, y portando un arma automática de alto calibre.

En dicho video, el menor, presumiblemente habitante de un barrio vulnerable de Puerto Príncipe, señala que se encuentra “en guerra” con el líder de la pandilla que sería la rival a la que lo vinculó a él a sus filas.

Esta voz de alerta elevada este miércoles por la ONU, advierte que además de los tradicionales barrios que han estado marcados por las confrontaciones bélicas, la guerra entre pandillas ha comenzado a expandirse a otros sectores, ampliando la gravedad de la situación, y contagiando con su influencia a cada vez más jóvenes, que al verse inmiscuidos en estas confrontaciones, también arrastran a sus comunidades.

Según la ONU, desde el pasado 24 de abril, se ha desatado una suerte de ‘guerra urbana’ que ha expandido la problemática local, también a sectores cercanos a la capital, derivado en decenas de muertos, e incluso ha obligado al desplazamiento interno de varias familias.

Debido a la complejidad de la situación, las autoridades y las organizaciones defensoras de Derechos Humanos no han podido entrar a los barrios que se presumen más peligrosos, por lo que las estadísticas oficiales serían claramente inexactas, y marcadas por subregistros.

Pese a lo anterior, las cifras apuntan, en un comunicado difundido este miércoles por los cuerpos de protección civil, a que el número de desplazados derivados de esta confrontación, es cercano a los 9.000, obligando, a su turno, al cierre de cerca de cincuenta colegios, cinco centros médicos y ocho mercados; según datos de dichas autoridades.

La ONU también cuestionó el silencio de las autoridades civiles, señalando que no se han pronunciado frente a la difícil situación que incluso ha representado el impedimento para que los ciudadanos puedan desplazarse fuera de la ciudad.

*Con información de AFP