Las Naciones Unidas, Estados Unidos, Francia y la Iglesia Católica fueron responsables, por omisión, del peor genocidio desde la Segunda Guerra Mundial, según un informe de la Organización de la Unión Africana dado a conocer la semana pasada. Ochocientos mil ruandeses murieron en una masacre orquestada por un grupo de extremistas hutus contra la minoría tutsi entre abril y julio de 1994. El informe, realizado por un panel internacional de alto nivel, hace un llamado a la comunidad mundial, y en especial a los países que por no intervenir permitieron el genocidio, para que paguen indemnizaciones a Ruanda “en nombre de la justicia y de la responsabilidad”.