La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó el miércoles que trabaja con la principal agencia de salud pública de Estados Unidos para desarrollar una prueba diagnóstica que detecte al mismo tiempo covid-19 y gripe, lo cual optimizaría la vigilancia de estas enfermedades.

“Junto con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos en Atlanta, la OPS está trabajando para implementar un nuevo protocolo de prueba PCR para detectar simultáneamente covid-19 y gripe a partir de la misma muestra”, anunció a periodistas la directora de la OPS, Carissa Etienne.

La reacción en cadena por polimerasa (PCR) es una técnica de laboratorio que permite detectar material genético de patógenos, incluidos virus, a partir de una pequeña muestra de fluido nasal o bucal.

Etienne dijo que al integrar la detección de covid-19 con la vigilancia de otros virus respiratorios, como la influenza que provoca la gripe, los países pueden monitorear las enfermedades de manera “más eficiente y sostenible”.

El uso de tapabocas previene esparcir los gérmenes propios a más personas. | Foto: Pixabay

“En la medida en que los países buscan ser más autosuficientes en su respuesta a una pandemia, esta nueva estrategia integrada de pruebas los ayudará a mantener sus esfuerzos de vigilancia”, aseguró.

Etienne instó a la gente a vacunarse contra la gripe al mismo tiempo que contra el covid-19, recordando que el virus de la influenza se propaga fácilmente y puede causar la muerte en personas vulnerables, como ancianos y personas con afecciones crónicas.

En todo el mundo, se estima que las epidemias anuales de gripe provocan entre tres y cinco millones de casos graves y entre 290.000 y 650.000 muertes, según la OPS.

“El hecho de que las personas no hayan estado expuestas al virus de la influenza, porque se quedan en casa o practican el distanciamiento físico y otras medidas de salud pública (contra el covid-19), podría significar que tienen defensas más bajas y esto podría hacerlas más susceptibles al virus de la influenza este año”, advirtió Etienne.

La OPS llamó además el miércoles a atender los focos locales de covid-19, que cada vez más marcan la tendencia de la epidemia en los países.

Etienne dijo que en las Américas los casos y muertes por coronavirus han disminuido en todas las regiones excepto en el Caribe, aunque señaló aumentos de nuevas infecciones en Bolivia y Venezuela, más hospitalizaciones en el este de Canadá y un incremento de los fallecimientos en México.

La situación más grave de la región está en países caribeños como República Dominicana y Barbados, que reportaron saltos de más de 40% en nuevos casos en la última semana. También notificaron un mayor número de contagios Puerto Rico, Trinidad y Tobago y Martinica.

Inversión en salud

Hace unos días la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) afirmaron que Latinoamérica debe aumentar el gasto público en salud para avanzar en la recuperación económica de la crisis provocada por la covid-19.

La pandemia reveló la “interdependencia” que existe entre la dimensión sanitaria y la económica, y mostró que es “imperioso” para la región aumentar el gasto público en salud para asegurar un repunte sostenible, señalaron ambos organismos de las Naciones Unidas en un informe conjunto.

En América Latina y el Caribe, el promedio del gasto público en salud es de 3,8 % cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda 6 %.

Solo dos países superan ese 6 %: Cuba y Uruguay. Argentina, Costa Rica y Colombia se acercan, pero la gran mayoría de los 49 países y territorios de la región están muy por detrás, señala el informe. Además, la situación es muy desigual.

Mientras el gasto total en salud (público y privado) en Cuba y Uruguay supera los 2.000 dólares per cápita, con una proporción del gasto público superior al 70 % (cercana a la de los países de la Ocde), en Haití, Honduras y Venezuela está muy por debajo de los 500 dólares, con una proporción pública inferior al 50 %.

En la región, la disponibilidad promedio es de 20 médicos por cada 10.000 habitantes, lejos de la media de 35 por cada 10.000 habitantes de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), y de los 30 recomendados por la OMS, según el informe.

*Con información de AFP.