Luego de 50 días de guerra en territorio ucraniano, el presidente Volodímir Zelenski envió un mensaje de aliento a todos los militares que libran la batalla contra el Ejército ruso.
“Ellos han tratado de destruirnos en estos 50 días, pero la gente ha resistido de manera heroica. No tenemos miedo porque sabemos por lo que estamos luchando. Somos lo suficientemente valientes para ponerle fin al maligno. Paren de alimentar la maquinaria militar. Ayúdennos con armas. Luego la paz y el bien ganarán rápidamente”, se lee en el mensaje que Zelenski publicó en su Twitter oficial, acompañado de un emotivo video.
Ante lo publicado por Zelenski, el exvicepresidente Francisco Santos expresó su total apoyo al mandatario ucraniano. “En esta lucha por la libertad todos debemos estar comprometidos. Gran video. #StopRussia”, escribió Santos.
Así resisten algunos soldados ucranianos
Del sótano de un edificio semidestruido, tres soldados emergen con el rostro tenso: en Popasna, el Ejército ucraniano resiste pese a los incesantes bombardeos rusos contra esta ciudad del este de Ucrania.
Los bombardeos de la artillería resuenan. Su eco se escucha en las torres de edificios de un barrio del oeste de esta localidad, que tenía unos 20.000 habitantes antes de la guerra. La entrada de la ciudad ofrece un paisaje desolado.
No queda nada de una gasolinera, salvo su techo quemado y retorcido. Ramas de árboles se ven esparcidas en las calles. Edificios semidestruidos. Ninguno está intacto. Vidrios, pedazos de madera, puertas y chatarra, como después de un tornado. Solo el ruido de las poderosas explosiones interrumpe el de la lluvia que cae continuamente. Unas pocas personas viven aun ahí, enterradas en los sótanos.
“Los muchachos acaban de regresar del combate y están descansando”, dice “Semenovytch”, de unos 50 años, que se hace llamar por un seudónimo. Uno lleva un pantalón militar y sudadera azul. Tiene el rostro devastado, con ojeras.
Otro, de unos sesenta años, también de uniforme militar abierto, larga barba gris, parece agotado. Desaparece en el fondo negro del sótano para volverse a acostar. Uniforme militar y camuflado, un gorro azul en la cabeza y una pequeña lámpara frontal, “Semenovytch” dice desconocer las “últimas noticias, aquí no hay internet ni red telefónica”.
“Los rusos tratan de avanzar dos o tres veces por día. Es bueno que llueva hoy, el bombardeo es menos intenso. A veces es 24 horas al día, siete días a la semana, a veces es un poco calmada la noche”, dice.
Atacan “las infraestructuras, los edificios y los civiles. No es una guerra, es un genocidio. No sé cómo llamarlo de otra forma”, señala. El soldado lo asegura: “Guardamos nuestras posiciones y esperamos la victoria. Resistiremos”. En ese mismo inmueble, en la parte trasera de un supermercado totalmente destruido, cuatro chalecos antibalas, dos cascos y un lanzacohetes RPG7 están en el suelo.
Popasna es un enclave estratégico a menos de 4 km del límite del Donbás, una parte del cual está controlada desde 2014 por separatistas prorrusos. Si cae, será una brecha abierta para los rusos para avanzar 50 km al noroeste hasta las ciudades gemelas de Sloviansk y Kramatorsk, capital de facto del Donbás controlado por Kiev.
*Con información de la AFP.
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