Desde que perdió a su hijo único en una operación del Ejército israelí hace dos años, Baruch Ben Ygal se aferra a una única esperanza: lograr convertirse en abuelo utilizando el esperma conservado en una fecundación in vitro.
Divorciado, Baruch vivía solo con su hijo Amit hasta que este falleció en mayo de 2020, a los 21 años, al ser golpeado por una piedra lanzada por un palestino durante una operación militar en Cisjordania ocupada.
Un proyecto de ley aprobado en primera lectura en el Parlamento en septiembre podría autorizar a Baruch a utilizar el esperma de su hijo para una fecundación ‘in vitro’ con una mujer de su elección.
Hasta ahora, solo la esposa del soldado podía obtener su esperma, que podría ser utilizado si se extraía en las 72 horas posteriores a la muerte.
“Amit era toda mi vida. Aún hoy, no puedo pronunciar la palabra ‘muerte’”, explica el padre, de 53 años, en su apartamento de Ramat Gan a las afueras de Tel Aviv.
Las fotos y los dibujos del rostro de Amit cubren completamente las paredes de su antiguo cuarto. Sobre su cama, su padre colocó camisetas con el rostro de su hijo, así como la portada de un periódico en la que sale posando con decenas de bebés llamados Amit en honor a su hijo.
Son justamente bebés, lo que quisiera tener Baruch Ben Ygal en su apartamento.
“Quiero volver a ser feliz, quiero ver a uno o dos niños de Amit en esta casa, durante el Shabat, durante las fiestas”, dijo el profesor de historia judía, que considera que el Ejército tiene la “responsabilidad de ayudarle a ser abuelo”.
Si se aprueba el texto, en adelante el soldado deberá decir, al comenzar su servicio militar obligatorio, si le permite el uso de su esperma a su esposa o a sus padres si fallece.
“Obligación moral”
Zvi Hauser, diputado de derechas que redactó la proposición de ley comprende que la idea pueda parecer extraña, e incluso impactante.
Pero asegura que su proyecto prevé un cuadro legal para impedir derivas, basado en el consentimiento del soldado y en un control minucioso de los expedientes de las mujeres que quisieran realizar la fecundación.
La ley se aplicará a todas las muertes, pero se planteó en un principio para responder al caso específico de los soldados, explicó Hauser.
“Si mueres en un accidente de coche, (fuiste) tú quien decidió salir a la carretera. Cuando mueres en el Ejército, es Wl ejército el que decidió que estuvieras ahí”, dijo a AFP. “Te deben algo y no solo dinero”.
Irit Oren Gunders, directora de una asociación de apoyo a familiares de soldados muertos en servicio, habla de “obligación moral” para asegurar una “continuidad” familiar, aun trayendo al mundo a niños huérfanos de padre.
Para ella, esta ley es similar a la ley de reproducción asistida, que permite tener hijos a mujeres solas.
“Hay muchas mujeres que van a bancos de esperma y no saben quién es el donante (...) En este caso, todos ganan: podremos decir a los niños quién fue su padre, un héroe que luchó por su país”, afirma Oren Gunders.
“Problema ético”
Aprobado sin reservas en primera lectura, el texto de ley suscitó algunas críticas, especialmente entre los rabinos.
Aunque Binyamin David del Instituto rabínico Puah afirma comprender “el dolor” de las familias de soldados muertos, este rabino señala “un problema ético” en el hecho de “utilizar” a un niño “como conmemoración a su padre fallecido”.
No es seguro que Amit hubiese querido tener un hijo con una mujer que no conocía, añadió.
Amit Ben Ygal quería tener hijos y tenía novia cuando murió, pero esta se siente demasiado joven para un embarazo, según dijo el padre del soldado.
Afirmó haber sido contactado por cientos de mujeres deseosas de ser la madre de su nieto, asegurando que le daría espacio a la madre.
Baruch afirmó que necesitaba un nieto “para seguir viviendo”. Mostrando su apartamento medio vacío, dijo: “Si sé que tendré nietos que estarán aquí cuando me vaya, me iré feliz”.