Hace más de una década se ha considerado a Dinamarca como uno de los países más felices del mundo. Y es que su organización en la mayoría de los campos es un ejemplo a seguir. Por eso, sus habitantes viven diariamente sin tanto caos, estrés o irritabilidad.

Frente a la pandemia no sería la excepción, pues las proyecciones de Dinamarca se toman en serio en todo el mundo. El motivo es que se basan en un sistema global de vigilancia de los coronavirus diseñado específicamente para momentos como este, cuando la naturaleza del virus cambia rápidamente, así lo describió un artículo reciente del diario The Washington Post.

Ahora bien, según los últimos reportes del avance de la variante ómicron, que dio paso a otra preocupación antes la crisis sanitaria por el coronavirus, muchos de los continentes observan a este país y en particular a su Instituto Estatal de Sueros, el cual está dedicado a la vigilancia, la elaboración de modelos y a las pruebas en busca de advertencias sobre lo que puede suceder.

Tyra Grove Krause, dirigente del departamento de epidemiología de este prestigioso centro, anunció por la cadena Danish TV 2 el fin de la pandemia en dos meses. Su optimismo se basa en los resultados de un estudio realizado por su organización.

La experta sostuvo que la variante ómicron está provocando el final de la pandemia. “Recuperaremos nuestra vida normal en dos meses”, indicó Krause.

Según sus declaraciones a la televisión danesa, Krause basó esta afirmación en un nuevo estudio de su organización, el cual encontró que el riesgo de hospitalización por ómicron es la mitad de lo que se observó con la variante delta. “Ha dado a las autoridades danesas la esperanza de que la pandemia de covid-19 en Dinamarca podría terminar en dos meses”, sostuvo.

Por otro lado, en un artículo bajo el nombre ´Por qué hay que mirar a Dinamarca para ver el futuro del covid-19´, del diario The Washington Post, se expuso una serie de consideraciones de la epidemióloga, quien en ese momento señalaba lo crucial de las semanas posteriores como para poder modelar la trayectoria del virus.

“El próximo mes será el periodo más duro de la pandemia”, aseguró Krause.

Cabe resaltar que desde la aparición de la nueva variante en noviembre, la mayor expectativa entre los científicos es realmente develar cuánto impacto hay en las hospitalizaciones y cuadros graves de infecciones de ómicron. La hipótesis que pudiera causar una enfermedad menos grave que la versión delta con la que compite causaría que esta oleada fuera más manejable y ayudar a la transición de covid-19 a una enfermedad endémica.

Con base en este nuevo estudio, Krause sostuvo que: “Ómicron llegó para quedarse y proporcionará una propagación masiva de la infección en el próximo mes. Cuando termine, estaremos en un lugar mejor que antes”.

No obstante, Dinamarca ha experimentado un aumento en los casos nuevos en las últimas semanas, y el pasado domingo registró su promedio de infecciones más alto en siete días, teniendo así un promedio de 20.886 en la semana anterior. Incluso, esta ha sido una de las tasas de incidencia por millón de personas más altas de Europa. Pero ellos no pierden la esperanza de recuperarse pronto.

Desde Copenhague se informó el mayor número de nuevas infecciones el 27 de diciembre con 41.035 casos, según señala el medio danés Daily Mail.

Este panorama optimista puede parecer infundado a primera vista, observando el actual cuadro de situación sanitaria. Sin embargo, y aunque ómicron provoque cierto tipo de cuadros leves, la presión hospitalaria podría ser crítica en este punto de la pandemia.

“Esto desbordará a los hospitales. No tengo ninguna duda al respecto”, dijo Grove Krause. Por lo tanto, las proyecciones de Dinamarca no impedirán que la ola actual supondrá un golpe sin precedentes. Básicamente, no pueden evitar tal contagio, pero esperan buenos resultados.

Sin embargo, la confirmación del carácter relativamente leve de esta variante, la cual es un poco más indulgente que las cepas anteriores y debido a su rápida difusión, permite nutrir precisamente cierta esperanza, según el estudio revelado por Tyra Grove Krause.

Como resultado, indicó la científica, esto proporcionará un buen nivel de inmunidad en la población. Sin embargo, Krause enfatizó que todavía queda trabajo por hacer para combatir la pandemia en los próximos meses.

“Ómicron alcanzará su punto máximo a fines de enero, y en febrero veremos una disminución de la presión de las infecciones y una disminución de la presión sobre el sistema de atención médica. Pero tenemos que hacer un esfuerzo en enero, porque será difícil pasar”, añadió Krause.

Cabe recordar que los modelos epidemiológicos daneses son un ejemplo a nivel mundial. El sistema de seguimiento y vigilancia hace que el país pueda realizar más pruebas que casi cualquier otro país del mundo, por ejemplo, a un ritmo per cápita siete veces superior al de Estados Unidos.

La capacidad de rastrillaje y trazabilidad del virus por cada testeo permite que los técnicos de los laboratorios identifique los positivos diariamente, además, pueden conocer qué variante es la responsable de cada caso.

Adicionalmente, la capacidad de secuencia genética que tiene el Instituto Estatal de Suero y sus centros asociados, suma una capa adicional de información, permitiendo a los investigadores no sólo ver las mutaciones, sino también comprender quién infectó a quién. Esto para el resto de países en el mundo es algo casi imposible.

Por esta razón, las proyecciones de los científicos de Dinamarca son tan relevantes. Incluso, algunos científicos creen que la oleada de Dinamarca va una o dos semanas por delante de otros países occidentales.

“Estamos viendo las cosas prácticamente en tiempo real”, afirmó Arieh Cohen, jefe de desarrollo del laboratorio que procesa los resultados de las pruebas y realiza el análisis inicial de las variantes a The Washington Post.