Los países de ingresos altos tienen un mayor consumo per cápita de bebidas alcohólicas, mientras que los de bajo y mediano ingreso presentan una mayor tasa de mortalidad atribuible al alcohol para el mismo nivel de consumo de esas bebidas en las Américas, concluyó un nuevo estudio realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

El estudio reveló que el consumo de bebidas alcohólicas, por sí solo, ocasionó un promedio de 85.000 muertes anualmente entre 2013 y 2015 en las Américas, donde la ingesta per cápita es 25 % mayor a la del promedio mundial.

“Las mayores tasas de mortalidad probablemente se deban al acceso relativamente menor a servicios médicos, a limitaciones en cuanto al transporte en situaciones de urgencia, a la escasez de información sobre salud, a la falta de una buena nutrición y a otros factores que podrían hacer que el consumo de esas bebidas sea más perjudicial”, detalló la OPS.

La doctora Maristela Monteiro, asesora principal de la OPS en materia de consumo de alcohol, afirmó que “el estudio también demuestra que la mayor proporción de muertes atribuibles por completo al consumo de bebidas alcohólicas ocurre prematuramente en personas de 50 a 59 años de edad, especialmente en hombres.

“El consumo nocivo de estas bebidas resulta en la muerte de personas que están en la plenitud de su vida. Esta es una pérdida no solo para sus familias, sino también para la economía y la sociedad en general”, apuntó.

De acuerdo con la investigación, publicada este martes en la revista Addiction, este tema debería tener una gran prioridad en la salud pública de los países de la región, sobre todo en aquellos en donde más decesos se relacionan con esta causa: Estados Unidos (36,9 %), Brasil (24,8 %) y México (18,4 %).

“Este estudio demuestra que el consumo nocivo de bebidas alcohólicas en las Américas debe ser una de las mayores prioridades de salud pública”, afirmó el director del departamento de la OPS de enfermedades no transmisibles y salud mental, el doctor Anselm Hennis.

El investigador agregó que el alcohol “está asociado con muertes que se pueden prevenir y con muchos años de vida con discapacidad. Necesitamos medidas de salud pública, políticas y programas eficaces, viables y sostenibles para reducir el consumo de bebidas alcohólicas”.

En este sentido, la OPS hizo un llamado a los países de la región a frenar el consumo nocivo de bebidas alcohólicas mediante el aumento de impuestos aplicables e imponer amplias restricciones a la publicidad, la promoción y el patrocinio de estos productos.

El análisis de los datos de mortalidad en 30 países de la región (el mayor en su tipo en las Américas) muestra los siguientes resultados clave:

  • En promedio, 85.032 muertes (1,4 %) anuales se atribuyeron exclusivamente al consumo de bebidas alcohólicas.
  • En su mayoría, estas muertes (64,9 %) corresponden a personas menores de 60 años y se debieron principalmente a hepatopatías (63,9 %) y a trastornos neuropsiquiátricos (27,4 %), como la dependencia del alcohol.
  • El consumo de bebidas alcohólicas es un factor contribuyente en más de 300.000 muertes (5,5 %) al año en la región de las Américas.
  • El número de hombres que murieron por consumir bebidas alcohólicas fue mayor al de mujeres. Los hombres representaron 83,1 % de las muertes atribuibles exclusivamente a ese consumo. Las mayores disparidades de género se hicieron evidentes en El Salvador y Belice, mientras que esta brecha fue más pequeña en Canadá y Estados Unidos.
  • Cerca de 80 % de las muertes en las cuales el consumo de bebidas alcohólicas fue una “causa necesaria” ocurrieron en tres de los países más poblados: Estados Unidos (36,9 %), Brasil (24,8 %) y México (18,4 %).
  • Las tasas de mortalidad atribuible al consumo de bebidas alcohólicas fueron más elevadas en Nicaragua (23,2 por cada 100.000 habitantes) y Guatemala (19 por cada 100.000 habitantes), aunque en estos países el consumo per cápita de esos productos fue relativamente menor.