Esta guerra sin armas apareció de imprevisto y en solo tres meses llegó a todos los continentes. Los gobernantes hacen su mayor esfuerzo. Algunos han tenido resultados alentadores, pero otros parecen cada vez más erráticos. En contraste con las dudas y el rechazo de muchos de sus colegas hombres, sobre todo cuando las fake news abundan, la canciller alemana –Angela Merkel– y las gobernantes de Taiwán, Islandia, Noruega, Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda han sacado la cara. Aún no pueden bajar la guardia, pero hasta ahora todas han logrado contener la covid-19. Alemania: Liderazgo de Merkel En un reciente artículo, la revista estadounidense The Atlantic calificó a Merkel como una “científica en jefe”, pues antes de entrar a la política obtuvo un doctorado en química cuántica y trabajó por varios años en investigaciones de alto nivel. Esto, sin duda, ha sido fundamental a la hora de manejar la crisis sanitaria. Alemania es el quinto país con más contagios a nivel mundial, pero ha logrado mantener la tasa de mortalidad cerca del 1 por ciento. Muy inferior en comparación con sus vecinos de Italia, España, Francia y Reino Unido, en donde es de 10 y 12 por ciento.
Con más de 83 millones de habitantes, Alemania ha logrado mantener una tasa de mortalidad muy baja en comparación con sus vecinos, gracias a la gestión de Merkel. En muchos estados alemanes ahora es obligatorio usar máscaras. La reapertura de colegios será gradual. El 4 de mayo, los estudiantes de último año, principalmente, regresarán a clases. El testeo masivo ha sido clave para mantener baja la mortalidad. En Alemania han efectuado más de 2 millones de pruebas. Merkel se ha caracterizado por trabajar de la mano con los expertos en salud, una tarea fundamental para los gobernantes por estos días. El Instituto Robert Koch, la Academia Nacional de Ciencias de Alemania y el Instituto de Salud de Berlín asesoran a la canciller, quien también ha trabajado de cerca con la red de universidades públicas. Ella ha servido de canal fundamental para que las instituciones científicas y médicas luchen juntas contra el virus. La canciller nunca minimizó su gravedad y habla con total transparencia y seriedad, como cuando dijo que el 70 por ciento de la población contraería el virus y que era el mayor reto desde la Segunda Guerra Mundial. En Alemania reportaron el primer contagio el 28 de enero, pero solo en marzo el Gobierno adoptó medidas de aislamiento social, aunque nunca decretó cuarentena. Todos los colegios y comercios no esenciales cerraron, y, como en el resto del mundo, la soledad invadió las ciudades. Merkel siguió las recomendaciones de sus científicos y empezó a realizar pruebas masivas en Alemania, el mismo modelo exitoso de Corea del Sur. Efectuaron ya más de 2 millones de test y esto ha sido clave para mantener una tasa de mortalidad baja, pues con un diagnóstico oportuno miles de pacientes no necesitan uci. Hoy en Alemania la cifra de personas recuperadas supera la de casos nuevos.
Con este panorama, la canciller decidió abrir progresivamente algunos negocios, y a partir del 4 de mayo los estudiantes de último año podrán volver a los colegios. Recientemente, Merkel anunció que la tasa de contagio también había disminuido a 1,1, es decir que ahora un paciente con covid-19 contagia a una sola persona. Con esta proporción los hospitales llegarían a su límite en octubre, por lo que no pueden bajar la guardia. “Estamos caminando sobre una fina capa de hielo y aún falta mucho para regresar a la vida de antes. Un desconfinamiento mal hecho sería fatal”, explicó Merkel. Tsai Ing-wen y las rápidas medidas en Taiwán La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, también se ha convertido en ejemplo para el mundo. Apenas se enteraron del brote en Wuhan, empezaron a realizar pruebas a los pasajeros provenientes de esta ciudad, y, en enero, el país canceló todos los vuelos provenientes de China. Usó sistemas de vigilancia para rastrear los posibles contagios y así diagnosticarlos a tiempo.
Incluso cerró los colegios por dos semanas y desde el 25 de febrero retomaron clases. A pesar de estar muy cerca del origen del brote, con su manejo rápido y oportuno logró mantener las tasas de mortalidad y de contagio muy bajas. Al cierre de esta edición, registraba solamente seis muertos y 427 casos en total, de los cuales 168 están activos.
Jacinda Ardern en Nueva Zelanda Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, cerró sus fronteras el 19 de marzo y a los pocos días decretó cuarentena. Allá la tasa de contagio y mortalidad no llega a 1, con solo 16 muertes. Por esta razón, levantará el confinamiento el 27 de abril, pero con estrictas medidas para que las personas solo salgan si es necesario. “Hemos hecho lo que pocos países han logrado: detuvimos una ola de devastación”, expresó Ardern.
Mette Frederiksen en Dinamarca En Dinamarca, la primera ministra, Mette Frederiksen, reaccionó rápidamente. Fue uno de los primeros países en cerrar sus fronteras y el 13 de marzo decretó la cuarentena. La cifra total de contagios es de 8.073, de los cuales 2.295 están activos y 394 han muerto. Con estos números la mandataria reabrió guarderías, colegios y algunos negocios.
Katrín Jakobsdóttir en Islandia Katrín Jakobsdóttir, en Islandia, logró contener la pandemia gracias al testeo masivo. Permitió que todos los ciudadanos accedieran a pruebas de covid-19 gratuitamente, así tuvieran síntomas o no. Cerró algunos lugares de congregaciones masivas, pero no impuso cuarentena; incluso, los colegios y guarderías siguen funcionando. De esta forma, el país reporta 1.789 contagios en total, de los que solo hay 270 activos y diez decesos. El cierre oportuno en Finlandia Sanna Marin, a sus 34 años la primera mujer en gobernar Finlandia, le hizo frente a la pandemia satisfactoriamente. Del total de contagiados, casi la mitad se han recuperado y su tasa de mortalidad es baja. El cierre oportuno de fronteras y la cuarentena nacional ayudaron a que el sistema de salud no colapsara. Además, se alió con influenciadores que comparten información basada en datos reales a sus miles de seguidores en redes sociales. En Uusimaa, la región de Helsinki, ya levantó la cuarentena, aunque mantiene medidas de distanciamiento social.
Erna Solberg en Noruega Por último, Erna Solberg, primera ministra de Noruega, impuso cuarentena rápidamente y, desde su primer caso el 26 de febrero, empezaron a realizar miles de pruebas para contener la propagación del virus. En el país, los niños de preescolar o jardines infantiles ya regresaron a clase y varios comercios también reabrieron. Sin embargo, muchos ciudadanos consideran que el Gobierno ha relajado las medidas muy pronto. n