La comunidad internacional prometió este lunes cerca de 1.500 millones de dólares de ayuda para hacer frente a la crisis humanitaria en Sudán, país envuelto en una espiral de “muerte y destrucción” desde el inicio del conflicto hace dos meses.
“Los donantes anunciaron cerca de 1.500 millones de dólares para la respuesta humanitaria en Sudán y la región”, declaró el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, tras una conferencia de donantes en Ginebra.
La cita coincidió con un cese el fuego de tres días en este país africano, donde los combates oponen desde el 15 de abril al jefe de ejército, el general Fatah al Burhan, con los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) comandadas por el general Mohamed Hamdan Daglo.
Aunque Griffiths agradeció la generosidad de los donantes, la cantidad prometida apenas representa la mitad del total reclamado por las agencias humanitarias para este año.
Hasta ahora, la ONU solo había recibido un 17 % de los 3.000 millones de dólares requeridos.
El organismo internacional subraya que 25 millones de personas --la mitad de la población-- depende de la ayuda humanitaria para sobrevivir.
“Esta crisis necesitará un apoyo financiero sostenido y espero que todos podamos mantener a Sudán en lo más alto de nuestra agenda”, exhortó Griffiths.
A pesar de la tregua, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, consideró que Sudán se estaba hundiendo en una espiral de “muerte y destrucción” a una velocidad “sin precedentes”.
“Sin un apoyo internacional fuerte, Sudán podría convertirse rápidamente en un lugar de anarquía, causante de inseguridad en toda la región”, advirtió.
La guerra ya ha dejado más de 2.000 muertos, según la oenegé ACLED, y más de 2,5 millones de desplazados y refugiados, según Naciones Unidas.
Alemania, coanfitriona de la conferencia junto con la Unión Europea (UE), Catar, Egipto y Arabia Saudita, se comprometió a donar 200 millones de euros para 2024.
Catar prometió otros 50 millones de dólares y la Unión Europea 190 millones de euros de ayuda humanitaria y de ayuda al desarrollo.
La actual tregua, anunciada por los mediadores Arabia Saudita y Estados Unidos, entró en vigor el domingo a las 6 de la mañana, hora local.
Ambos campos se comprometieron a respetar el cese el fuego, a pesar de que las anteriores treguas fueron sistemáticamente violadas.
Varios testigos interrogados este lunes por AFP aseguraron que no se escuchaba ningún enfrentamiento en Jartum, la capital de cinco millones de habitantes.
El objetivo del alto el fuego es permitir la libre movilización y entrega de ayuda en el país, uno de los más pobres del mundo.
Hace falta de todo. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió este lunes que la próxima temporada de lluvias aumenta el temor a nuevas epidemias.
La oenegé alertó de la acumulación de basura en el país y de que en las zonas de difícil acceso, los cadáveres siguen yaciendo a la intemperie.
La situación es especialmente preocupante en la región de Darfur, en el oeste del país, fronterizo con Chad.
Los enfrentamientos en esta zona oponen a los militares con los paramilitares, pero también a civiles armados.
En una reunión del Consejo de Derechos Humanos sobre Sudán celebrada el lunes, el embajador británico Simon Manley se declaró “especialmente horrorizado por los informes sobre el aumento de la violencia étnica y la violencia sexual y de género en algunas partes de Darfur”.
Darfur, que ya fue devastada por una guerra civil a inicios de los años 2000, se encamina hacia un nuevo “desastre humanitario”, alertó el jueves el secretario general adjunto de asuntos humanitarios de la ONU, Martin Griffiths.
Los testimonios de ataques masivos contra civiles se multiplican en esa región y más de 150.000 personas huyeron hacia Chad desde el inicio de los combates el 15 de abril, según la ONU.