Los impresionantes incendios que afectan desde hace siete días al suroeste de Turquía se aproximan a una central termoeléctrica cercana a la ciudad de Milas, mientras las evacuaciones de residentes siguen ante el avance de unos fuegos que ya causaron ocho muertes.

Se está llenando un helicóptero con agua de un tanque mientras un incendio forestal arde cerca del pueblo de Spathovouni, cerca de Corinto, Grecia, el 23 de julio de 2021. Foto: REUTERS / Vassilis Psomas TPX IMÁGENES DEL DÍA | Foto: Copyright 2021 The Associated Press - Reuters. All rights reserved

“Si no podemos detener el incendio mediante una intervención aérea (...), se dirigirá a la central termoeléctrica. Es una situación muy grave”, se alarmaba el lunes por la noche el alcalde de Milas (sur), Muhammet Tokat, en un vídeo compartido en Twitter.

El martes por la tarde, el fuego todavía no había sido controlado y había superado “el punto crítico”, advirtió después.

Tokat es miembro del mayor partido de oposición al presidente Recep Tayyip Erdogan, y una de las voces críticas con la gestión gubernamental durante estos incendios, los peores sufridos por el país en una década.

El fuego arrasa superficie forestal y agrícola, pero también zonas habitadas en las costas mediterráneas y del mar Egeo, habitualmente frecuentadas por turistas.

Un equipo de la AFP en la ciudad de Marmaris vio ganaderos sacar a sus asustados animales de establos en llamas y conducirlos hacia la relativa seguridad de la playa.

Una mujer usa un extintor de incendios para salvar un árbol en llamas en la aldea de Cokertme, cerca de Bodrum, Mugla, Turquía, el martes 3 de agosto de 2021. Mientras los bomberos avanzaban con su batalla de una semana contra los incendios que arrasaban bosques y asentamientos en el sur de Turquía. costa el martes, el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan enfrentó crecientes críticas por su aparente mala respuesta y preparación inadecuada para incendios forestales a gran escala. Foto: AP / Emre Tazegul. | Foto: Copyright 2021 The Associated Press - Reuters. All rights reserved

“Una de mis vacas murió quemada”, dijo Mevlut Tarim, granjero de 67 años de Hisaronu, cerca de Marmaris.

“Nunca vi nada igual. No lo puedes llamar fuego, era realmente como una bomba”, relató.

Turistas y residentes atrapados tuvieron que ser evacuados en barco ante la propagación de las llamas por fuertes vientos y las altas temperaturas, superiores a 40ºC en numerosas ciudades.

Esta calor provocó también un aumento récord en el consumo de electricidad, dando lugar a cortes de corriente el lunes en Ankara y Estambul.

En la vecina Grecia, afectada también por incendios y la peor canícula en treinta años, se declaró otro fuego este martes a 30 km de Atenas, que forzó el cierre de parte de la autopista que une la capital griega con el norte y el sur del país.

Críticas a Erdogan

Todavía hay nueve incendios activos en Turquía, de los 156 declarados en la última semana.

Los Ministerios de Interior y de Defensa anunciaron que habían movilizado a sus efectivos para ayudar a los bomberos.

El país recibió la ayuda de aviones hidrantes enviados desde España, Croacia, Rusia, Ucrania, Irán y Azerbaiyán.

El presidente turco, criticado por tardar en aceptar la cooperación internacional, agradeció en Twitter a los países que propusieron esta asistencia.

El principal partido de oposición, el Partido Republicano del Pueblo, reprochó a Erdogan haber desmantelado la infraestructura de una organización semipública que disponía de estos aviones y era clave en la lucha contra los incendios.

El gobierno del primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se convirtió también en objeto de críticas y burlas en las redes sociales después de su visita a la zona afectada el pasado fin de semana, durante la cual, fuertemente custodiado por la policía, lanzó bolsas de té a unos atónitos vecinos. | Foto: BBC - GETTY IMAGES

El líder turco se convirtió también en objeto de críticas y burlas en las redes sociales después de su visita a la zona afectada el pasado fin de semana, durante la cual, fuertemente custodiado por la policía, lanzó bolsas de té a unos atónitos vecinos.

Este país de 84 millones de habitantes vive horrorizado por las imágenes de los incendios más mortíferos y destructores en varias décadas.

Ante el creciente descontento, el jefe de comunicaciones de la presidencia turca, Fahrettin Altun, se quejó de las “falsas noticias” que son compartidas para dar la impresión de una Turquía “débil”.

De su lado, el consejo turco del audiovisual (RTUK) advirtió a las cadenas televisivas contra la difusión de informaciones sobre los incendios que puedan “provocar miedo e incertidumbre” en la población y pidió emitir imágenes únicamente de aquellos fuegos que han sido extinguidos.

*Con información de AFP.