Brasil vive momentos complicados en relación con su economía local, tras la caída de su moneda a causa de diversas medidas impuestas por el gobierno del presidente, Lula da Silva, a lo que se suma la inestabilidad que se presenta en los diferentes mercados del país carioca.
Actualmente, los mercados financieros de Brasil están en la mira de los inversores, quienes han perdido la fe en las capacidades del gobierno para poder resurgir de la grave crisis fiscal que vive el país, además, tras la caída del real brasileño a un mínimo histórico se han desatado una serie de inconvenientes para las empresas locales.
Los actores principiales de la economía local se han visto enfrentados a graves deudas por varios millones de dólares y bonos sin pagar. Durante el transcurso de este martes, 17 de diciembre, el Banco Central de Brasil estableció una serie de medidas para intentar frenar la caída de la moneda local.
Sin embargo, los comerciantes del país señalan que estas son soluciones a corto plazo que no generarán solucionar la problemática de fondo.
Otros actores del mercado señalan que el Congreso podría suavizar la situación por medio del paquete de medidas que anunció el día de hoy, pero el resultado al paso de algunos días será una mayor agitación del mercado local.
Los resultados económicos del día de hoy reafirman la teoría de que los inversores han perdido la credibilidad en el presidente Lula da Silva. Actualmente, el país cuenta con un déficit presupuestario anual del 10 %, el mismo sería mucho más amplios que el generado durante la primera administración del gobierno de izquierda.
“Brasil se ha convertido en la actual tendencia de ‘vender primero, preguntar después’”, dijo Sergey Goncharov, administrador de dinero en Gestión de activos de Vontobel. A lo que se suma que el real ha sido la moneda con peor desempeño en el mundo en las últimas cuatro sesiones, sumando un 21 % de caída frente al dólar.
A medida que la moneda local ha sufrido los estragos de las medidas tomadas por el gobierno de turno, los inversores extranjeros han abandonado diferentes proyectos que buscaban ser la bandera en la recuperación económica del país.
Durante los últimos dos días, inversores de JPMorgan Chase & Co abandonaron la idea de una visión positiva sobre la deuda en dólares de Brasil. Por su parte, Credit Agricole SA abandonó su sobreponderación táctica sobre el real dos semanas después de entrar en al mercado.
“Es evidente que los inversores han tirado la toalla”, afirma Olga Yangol, jefe de investigación de mercados emergentes y estrategia en Credit Agricole. A pesar de las señales positivas en crecimiento y acciones del banco central, La percepción es que mientras el actual presidente esté a cargo, parece bastante complicado un giro en el desarrollo del mercado brasileño.
El mes pasado Lula dio a conocer un plan para recortar 70 mil millones de reales en gasto anual, pero fue acompañado de nuevas exenciones del impuesto sobre la renta. Además, en los días recientes se conoció que el congreso de Brasil estaría considerando diluir aún más la propuesta por su potencial impacto en los programas sociales.
El Banco Central de Brasil ha tenido que tomar la voz predominante en la situación, aumentando las tasas de interés de referencia en un punto porcentual completo. Además, se estableció que para marzo de 2025 se reducirá la tasa al 14,25 %, mientras se evalúan las medidas pertinentes para luchar contra la inflación de la nación.
Por otro lado, la economía de Brasil sigue siendo la más grande del sector, pero presenta una de las tazas de desempleo más alta de la zona y uno de los mayores gastos en lo que se refiere al pago de salarios, que llega a cerca de 360 mil millones de dólares.