Si hay algo que caracteriza al papa Francisco es su sinceridad. Siempre es incisivo a la hora de describir la realidad y, por supuesto, los problemas que aquejan a los seres humanos. De hecho, nunca le ha huido a un tema, por más polémico que sea.Y este lunes, desde Ciudad del Vaticano, sede principal de la Iglesia católica en el mundo, no fue la excepción. El máximo jerarca de esta religión volvió a ser directo. Francisco conversó con franqueza este lunes en el Vaticano con unos 300 jóvenes de todo el mundo sobre temas tabú y llegó a tildar a los clientes de las prostitutas de "criminales" al ser interrogado sobre ese fenómeno."La trata de personas es un crimen contra la humanidad y servirse de mujeres es un crimen (...) Si un joven tiene esa costumbre que la deje. Porque se convierte en un criminal. No es hacer el amor, es torturar a una mujer", dijo al responder a una chica africana víctima de la prostitución."Es la esclavitud del presente. Aquí en Italia, hay que decirlo, el 90 por ciento de los clientes son bautizados, católicos. Y son muchos", comentó.Francisco instó a los jóvenes a que "hablen con franqueza y con total libertad" y respondió en ocasiones con bromas a las preguntas cursadas por cinco jóvenes de culturas, países y hasta religiones distintas y provenientes de situaciones delicadas como la cárcel o la dependencia a las drogas."Sin arriesgarse, un joven envejece y se jubila a los 20 años", advirtió el pontífice argentino durante la reunión organizada para preparar el sínodo o asamblea de obispos sobre los jóvenes que se celebrará en octubre en el Vaticano."La cultura actual idolatra a los jóvenes, pero los margina", reconoció el pontífice argentino, cuyo pontificado cumple este mes cinco años."Necesitamos jóvenes profetas", pidió. Los jóvenes de todo el mundo han sido invitados a expresar sus opiniones a través de redes sociales específicas así como a responder a un cuestionario de la iglesia que intenta revitalizar la milenaria institución.Durante el encuentro el papa reconoció que quedó muy sorprendido por los correos que recibe en los que los jóvenes confiesan que necesitan la ayuda de adultos."Con frecuencia, se habla de los jóvenes sin preguntarles. Incluso los mejores análisis sobre el mundo juvenil, aún siendo útiles, no sustituyen la necesidad del encuentro cara a cara", afirmó."Muy a menudo se deja solos a los jóvenes que tienen que mendigar empleos que no garantizan un mañana", recalcó al hablar del desempleo, de los suicidios, de la soledad que viven y hasta de los tatuajes."No se espanten con los tatuajes. Nunca. Es más bien un señal de pertenencia", explicó."También en la Iglesia debemos aprender nuevas modalidades de presencia y cercanía", reconoció el pontífice con su habitual lenguaje familiar.En un libro de conversaciones, con el título "Dios es joven", que será lanzado el martes en varios países, Francisco también hizo hincapié en la importancia del diálogo entre las generaciones, sin caer en el culto a la juventud."La juventud no existe. Existen jóvenes, historias, rostros, ilusiones", confesó. El sínodo de octubre se centrará, entre otras cosas, en la crisis vocacional, ya que menos jóvenes están interesados en el sacerdocio o la vida religiosa. *Con información de AFP