Desde la plaza de San Pedro en el Vaticano, el papa Francisco volvió a dirigirse a los feligreses, esta vez, con un fuerte pronunciamiento en contra de la invasión de Rusia a Ucrania, que ya completa un mes, sin que se vea una luz al final del túnel.
Aunque han sido reiteradas las intervenciones del alto jerarca de la iglesia Católica condenando el hecho, este domingo, después del Ángelus que realiza los domingos en el púlpito religioso desde el Vaticano, fue particularmente duro el pronunciamiento del papa.
Un hecho cruel con los civiles
La denuncia expresada el domingo por el líder religioso se refirió a lo que llamó “el martirio” de Ucrania, como consecuencia de “la agresión” rusa.
“Ha pasado más de un mes desde el inicio de la invasión de Ucrania, desde el comienzo de esta guerra cruel y sin sentido, que como toda guerra representa un fracaso para todos, para todos nosotros”, dijo el Pontífice tras el rezo del Ángelus en la plaza San Pedro del Vaticano.
La guerra destruye el presente y el futuro
“La guerra no solo destruye el presente, sino también el futuro de una sociedad. Leí que desde el inicio de la agresión de Ucrania, un niño de cada dos había salido del país. Eso destruye el futuro, provoca traumatismos dramáticos para los más jóvenes y los más inocentes de nosotros. Esa es la bestialidad de la guerra. Un acto bárbaro y de sacrilegio”, dijo.
“Rezo para que cada uno de los dirigentes políticos piense en eso, se comprometa y entienda, al ver la Ucrania martirizada, cómo cada día de guerra empeora la situación para todos. Es por eso que reitero mi llamado: basta”, agregó.
En las últimas semanas, Francisco ha hecho repetidos llamamientos a la paz en Ucrania, denunciando una “masacre” en el país, donde “corren ríos de lágrimas y sangre”.
Nadie esperaba que se extendiera tanto
Cuando se inició la guerra en Ucrania, todo el mundo estimaba un conflicto relativamente corto, en el que el ejército comandado por Vladímir Putin hiciera sentir su poderío armamentístico en territorio extranjero. Ahora, el panorama es más incierto que nunca y cada bando tiene mucho en juego.
Ya van casi 1.000 civiles fallecidos en Ucrania, en la cruenta guerra que surgió súbitamente, pese al preámbulo de amenazas que venían dándose. Permanecer en el país se convirtió en un infierno para todos, empresarios y ciudadanos. Tanto es así que en las ciudades asediadas la gran mayoría de personas han salido rumbo a territorios vecinos, mientras que los pocos que quedan se resguardan en refugios improvisados, rezando para que ninguna bala o proyectil los alcance.
El desenlace no se sabe hasta cuándo se produzca. Habrá que esperar. Hasta el momento, la manera en la que transcurren las negociaciones no ha abonado terreno para una salida.
Con información de AFP