El papa Francisco, cuyos compatriotas argentinos sufren la pobreza por millones, afirmó el miércoles que los gobiernos que enfrentan problemas de deuda no pueden imponer a sus pueblos “privaciones incompatibles con la dignidad humana”.
“Después de una globalización mal administrada, después de la pandemia y de las guerras, nos encontramos frente a una crisis de deudas que afectan principalmente a los países del sur del mundo, generando miseria y angustia, y despojando a millones de personas de la posibilidad de un futuro digno”, deploró Jorge Bergoglio durante una audiencia en el Vaticano con participantes de una conferencia titulada “La Crisis de la Deuda en el Sur Global”.
“En consecuencia, ningún gobierno puede exigir moralmente a su pueblo que sufra privaciones incompatibles con la dignidad humana”, agregó Francisco sin citar a un país en particular.
Llamando a una “responsabilidad compartida” entre quienes dan financiamiento y quienes lo reciben, el pontífice abogó por “un mecanismo multinacional, basado en la solidaridad y la armonía de los pueblos” que tome en cuenta las “implicaciones económicas, financieras y sociales” del endeudamiento.
“La ausencia de este mecanismo favorece el ‘sálvese quien pueda’, donde pierden siempre los más débiles”, en un contexto en el que “la deuda ecológica y la deuda externa son dos caras de una misma moneda”, expresó.
La Argentina natal del papa está inmersa en una severa política de austeridad impuesta por el gobierno ultraliberal de Javier Milei, que en febrero se reunió en el Vaticano con el obispo de Roma en un espíritu de apaciguamiento, tras haberlo insultado repetidamente en los meses previos.
Los recortes presupuestarios aplicados por el gobierno argentino han estrangulado el poder de compra, con repercusiones en el consumo, la actividad económica y el empleo. El país está en una profunda recesión y el desamparo social se dispara.
La pobreza alcanzó al 55,5 % de la población argentina al término del primer trimestre de este año, según un informe del Observatorio de la Deuda Social de la privada Universidad Católica Argentina (UCA), lo que representa a unos 25 millones de habitantes.
El último dato oficial disponible corresponde al segundo semestre de 2023, cuando el índice de pobreza se situó en el 41,7%, según el instituto estadístico Indec, que informará en septiembre de los resultados del primer semestre de este año.
A finales de mayo, la justicia argentina ordenó al gobierno proceder “inmediatamente” con la distribución de toneladas de alimentos retenidos desde diciembre con el pretexto de realizar una auditoría a las organizaciones responsables de los comedores sociales. El papa Francisco, de 87 años, pide frecuentemente la cancelación de la deuda de los países más pobres, en línea con la doctrina social de la Iglesia Católica.
El informe de la iglesia
La pobreza alcanzó al 55,5% de la población argentina al término del primer trimestre de este año, de acuerdo a un informe del Observatorio de la Deuda Social de la privada Universidad Católica Argentina (UCA), lo que representa a unos 25 millones de habitantes. El último dato oficial disponible corresponde al segundo semestre de 2023, cuando el índice de pobreza se situó en el 41,7%, según el instituto estadístico Indec, que informará en septiembre de los resultados del primer semestre de este año.
La institución católica difundió el informe una semana después de que el Episcopado exhortara al gobierno de Javier Milei a repartir miles de toneladas de alimentos acopiados desde que interrumpió en diciembre la asistencia alimentaria a través de comedores comunitarios para auditarlos.
De acuerdo al Observatorio de la UCA, la indigencia también creció y se ubicó en el 17,5% en el primer trimestre. En su último informe, correspondiente al tercer trimestre de 2023, la UCA había reportado 44,7% de pobreza y 9,6% de indigencia.
El índice del Indec estima la pobreza en base los ingresos, mientras que el de la UCA tiene un enfoque multidimensional que incluye el acceso a servicios esenciales, algo que el Indec solo mide cada diez años en el censo de población.
Según el Indec, la pobreza tocó su máximo en 2002 (65,5%) y desde entonces retrocedió hasta 2017 (25,7%). El ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, está en el ojo de la tormenta luego de que la justicia le ordenara repartir los alimentos acopiados, sentencia que la cartera apeló.
No obstante, este martes comenzó el reparto de aquellos alimentos próximos a vencer. El resto se guardará “para eventuales catástrofes”, dijo el vocero presidencial, Manuel Adorni. Argentina atraviesa una crisis económica con una fuerte recesión que contribuyó a la desaceleración de la inflación, cuyo último índice de abril la ubicó en 8,8% mensual.
El poder de compra se deterioró mientras los costos de los servicios esenciales aumentaron más del 300% promedio en el último trimestre merced a la desregulación de tarifas y a la política de reducción de subsidios. En la ciudad de Buenos Aires, el boleto de metro aumentó 450% de mayo a junio y los servicios de agua y electricidad se multiplicaron por tres en el mismo lapso.
Según el Indec, una familia tipo (dos adultos y dos niños) necesitó en abril 828.000 pesos (unos 900 dólares al cambio oficial) para gastos básicos de alimentos, salud y vivienda, lo que representa un aumento del 67% desde enero y del 300% en un año. El salario mínimo en Argentina es de 234.315 pesos (unos 250 dólares al cambio oficial) en una economía con casi un 50% de informalidad laboral.
*Con información de AFP