Desde la Plaza de San Pedro, en Ciudad del Vaticano, y frente a unas 60.000 personas, el papa Francisco lideró la misa del Domingo de Ramos, evento religioso con que se da apertura a la Semana Santa.
Aunque en el marco de la liturgia, el pontífice siguió el orden establecido para la celebración de eucaristías, hubo algunos detalles que llamaron especialmente la atención.
En primera instancia, al inicio de la ceremonia, al papa Francisco se le sintió una voz cansada. Posteriormente, al finalizar la lectura del Evangelio, se hizo presente un silencio con una duración considerable. Pese a que el momento que debía seguir era la homilía, la eucaristía se saltó directamente a la oración del Credo.
Vale recordar que la homilía es un sermón durante el cual el sacerdote –en este caso el papa– interpreta las lecturas hechas previamente y pronuncia un discurso aplicando la Palabra de Dios a la coyuntura del mundo en la actualidad.
El hecho de que el papa no haya continuado con la homilía fue inesperado para los feligreses, pero dejó el espacio para la reflexión personal. Aun así, este detalle se suma a las complicaciones se salud que ha tenido Francisco durante las semanas recientes.
A finales de febrero, el papa Francisco tuvo que acudir al médico debido a una bronquitis. Incluso, durante ese período solicitó ayuda a sus asistentes para realizar las lecturas.
En el año 2020, Francisco sufrió de un fuerte resfriado provocado por el golpe que daba en ese tiempo la pandemia del covid-19. Dicho malestar lo obligó a cancelar varias de sus reuniones, además de su retiro anual del Vaticano.
En 2021 le extirparon parte del colon por una inflamación intestinal y desde 2023 el pontífice ha tenido que movilizarse en silla de ruedas o usar bastón por su esguince en los ligamentos de su rodilla y fractura en la articulación que le han impedido caminar.
Finalmente, en el año 2023 el papa fue sometido a una operación abdominal por una hernia incisional lacerada, en la que optó por tomarse varios días de recuperación por recomendación de su médico, ya que en días anteriores había estado hospitalizado.
Además de la operación y los problemas crónicos de rodillas que lo aquejan, el papa Francisco ha sufrido varias infecciones respiratorias en los últimos meses.
El año pasado Francisco se ausentó por primera vez del tradicional Vía Crucis del Viernes Santo, una de las fechas más importantes del calendario de la Iglesia católica debido a que estaba convaleciente tras ser ingresado en un hospital y el clima fue inusualmente frío.
*Con información de la AFP.