El papa Francisco hizo el llamado este domingo, en medio del rezo del Ángelus, a ir por la vida, ahora que empiezan las Navidades, “con ritmo alegre” y “confianza”, sin ser “esclavos de las quejas” porque “las quejas arruinan muchas vidas”.
El pontífice recordó este domingo el pasaje del Evangelio de Lucas que relata la Visitación, momento en que María, tras la Anunciación, va a visitar a Isabel. Según la Biblia, María “se levantó” y fue “con prontitud” a visitar a Isabel.
“Estos son los dos movimientos que hizo María y que nos invita a hacer también con vistas a la Navidad”, les dijo a los fieles.
Tal y como aseguró Francisco, el embarazo inesperado de María la exponía a malos entendidos e incluso a penas severas, incluida la lapidación, en la cultura de esa época. “¡Imaginemos cuántos pensamientos y perturbaciones tuvo! Sin embargo, no se desanima, no se desespera, pero se levanta. No mira hacia abajo, hacia los problemas, sino hacia arriba, hacia Dios”, comentó.
“Aprendamos de Nuestra Señora esta forma de reaccionar: levantarse, especialmente cuando las dificultades amenazan con abrumarnos”, instó el papa, que considera esta reacción una forma de “no empantanarnos en problemas, hundirnos en la autocompasión o caer en una tristeza que nos paraliza”.
“¡Miremos a nuestro alrededor y busquemos a alguien a quien podamos ayudar! ¿Conozco a algún anciano al que pueda hacer una pequeña ayuda, compañía? ¿O hacer un servicio a una persona, una amabilidad, una llamada telefónica? ¿A quién puedo ayudar? Me levanto y ayudo. Al ayudar a los demás, nos ayudaremos a superar las dificultades”, añadió.
El segundo movimiento que, según el papa, ha de tenerse en cuenta de María es “caminar con rapidez”. Pero esto “no significa proceder con agitación, sin aliento”, ha advertido, sino de conducir los días “con ritmo alegre, mirando hacia adelante con confianza, sin arrastrarnos a regañadientes, esclavos de las quejas”, pues “esas quejas arruinan muchas vidas”. “Las quejas te llevan a buscar siempre a alguien a quien culpar”, advirtió.
“Preguntémonos para nuestro propio beneficio: ¿cómo es mi “paso”? ¿Soy proactivo o me quedo en la melancolía, en la tristeza? ¿Sigo adelante con esperanza o me detengo a sentir lástima por mí mismo? Si seguimos con el cansado ritmo de la murmuración y el parloteo, no llevaremos a Dios a nadie, solo traeremos amargura, cosas oscuras. En cambio, hace mucho bien cultivar un humor saludable, como lo hicieron, por ejemplo, Santo Tomás Moro o San Felipe Neri”, expuso el papa, que ha deseado que la Madre de Dios “nos ayude a levantarnos y caminar rápido hacia la Navidad”.
Al finalizar el Ángelus, el papa expresó su “cercanía” al pueblo de Filipinas por haber sido “azotado por un fuerte tifón que destruyó muchas casas”. Más de un centenar de personas han perdido la vida en este país a causa de este fenómeno, provocando asimismo cerca de 500.000 desplazados, según el último balance de las autoridades.
*Con información de Europa Press.