Las tensiones se agudizan en Irán, luego de que las autoridades continuaran consumando sentencias a muerte, en el marco de las manifestaciones que condenaron el fallecimiento de la joven, Mahsa Amini, en septiembre de 2022. La defensa por los derechos de las mujeres ha centrado los enfrentamientos con la Policía en los últimos meses.
Durante su discurso ante el cuerpo diplomático del Vaticano, el papa Francisco instó a que los gobiernos eliminen la pena de muerte, en alusión a las condenas que han trascendido desde la República Islámica. El pontífice reiteró que el derecho a la vida continúa estando amenazado donde se aplican ese tipo de medidas.
“El derecho a la vida también se ve amenazado en aquellos lugares donde se sigue imponiendo la pena de muerte, como ocurre estos días en Irán, tras las recientes manifestaciones en demanda de un mayor respeto a la dignidad de la mujer”, enfatizó .
“Alimenta la sed de venganza”
No es la primera vez que el Vaticano hace un llamado mundial a reconsiderar esa sentencia. En su mensaje de esta jornada, Bergoglio hizo hincapié en que arremeter contra la vida del otro solo aviva el sentimiento de odio, pero no lleva a una reparación hacia las víctimas.
“La pena de muerte no puede ser empleada para una pretendida justicia estatal, ya que no constituye un elemento disuasorio ni hace justicia a las víctimas, sino que solo alimenta la sed de venganza. Hago un llamamiento, entonces, al fin” de esa medida a nivel global.
Para el papa, la muerte como ‘castigo’ es “siempre inadmisible por atentar contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, en la legislación de todos los países del mundo. No podemos pasar por alto que, hasta el último momento, una persona puede arrepentirse y cambiar”, señaló este lunes 9 de enero.
Siguen las condenas a muerte
La agencia del Poder Judicial iraní, Mizan Online, informó este lunes que otras tres personas fueron condenadas a muerte, a raíz de las manifestaciones por el deceso de Mahsa Amini. La joven tenía 22 años cuando falleció bajo custodia policial, arrestada por supuestamente no portar adecuadamente su ‘hiyab’ e incumplir así el código de vestimenta.
Los últimos condenados responden al nombre de Saleh Mirhashemi, Saeed Yaghoubi y Majid Kazemi. Los tres fueron señalados de estar implicados en la muerte de tres miembros de las fuerzas de seguridad, en el marco de las protestas. Mizan Online detalló que se les encontró culpables de “moharabeh” (guerra contra Dios).
La agencia iraní informó que también otras dos personas recibieron sentencias de cárcel por el fallecimiento de tres uniformados en la provincia de Isfahán el 16 de noviembre de 2022. Entre ellas está un futbolista identificado como Amir Nasr-Azadani, de 26 años. Estas podrán ser apeladas ante el Tribunal Supremo.
Hasta el momento, por lo menos 17 ciudadanos han sido condenados a la pena capital en los últimos meses, de acuerdo a un recuento hecho desde los anuncios oficiales. Cuatro han sido consumadas, y la justicia confirmó la sentencia a dos ciudadanos, mientras que los demás buscan recurrirla.
La comunidad internacional ha condenado las disposiciones del gobierno islámico por actos que han calificado de “inaceptables”. Por ejemplo, países como España y Estados Unidos rechazaron las ejecuciones perpetradas el sábado 7 de enero hacia dos manifestantes.
“Condenamos los falsos juicios y la ejecución en Irán de Mohammad Mehdi Karami y Mohammad Hosseini en los términos más enérgicos. Estas ejecuciones son un componente clave del esfuerzo del régimen por reprimir las protestas. Continuamos trabajando con socios para lograr la rendición de cuentas por la brutal represión de Irán”, dijo el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price.
*Con información de Reuters y AFP.
Irán ahorcó a uno de los manifestantes que protestó por el asesinato de Mahsa Amini; hay indignación mundial
La muerte de la joven kurda Mahsa Amini bajo custodia de la ‘policía de la moral’ iraní desató una ola de furia en las calles de Irán, que a su vez ha sido duramente reprimida por las fuerzas oficialistas. Amini falleció después de ser arrestada porque supuestamente no estaba usando el hiyab, una prenda tradicional que portan las mujeres musulmanas para cubrir su cabello y que en Irán es de uso obligatorio.
Las manifestaciones han estado encabezadas por mujeres, estudiantes universitarios y alumnas de escuela, que se han quitado el velo en público y corean cantos en contra del Gobierno iraní, enfrentándose directamente a las fuerzas de seguridad.
Según el recuento hecho en diciembre de 2022 por la fundación Iran Human Rights (IHR), durante las manifestaciones habían muerto hasta ese momento por lo menos 458 personas, incluidos 63 menores.
Las cifras son objeto de un álgido debate, pues el recuento oficial del Gobierno habla de un número y algunos miembros de la Fuerza Pública han esbozado otro. Por un lado, el mes pasado el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán advirtió que se habían registrado más de 200 muertos entre civiles e integrantes de las fuerzas de seguridad.
Pero un general de los Guardianes de la Revolución, una de las principales fuerzas estatales de ese país, aseguró que podría haber más de 300 fallecidos.
Las cifras, además, se suman a la cantidad de personas que han sido sometidas a la justicia en el marco de las protestas. Lo que más indignación ha causado es que la justicia iraní reveló, en ese periodo, la ejecución de la primera persona que se estaba manifestando en las protestas. La noticia se dio a conocer el 8 de diciembre.
El hombre fue ahorcado y había sido condenado por haber bloqueado una calle y haber supuestamente herido a un miembro de la fuerza paramilitar Basij. Se trata de un grupo de hombres armados que les brinda apoyo militar a los Guardianes de la Revolución en Irán.
“Mohsen Shekari, un alborotador que bloqueó el bulevar Sattar Khan [en Teherán] el 25 de septiembre y apuñaló con un machete a un Basij, fue ejecutado el jueves por la mañana”, indicó en un comunicado oficial la agencia de noticias del poder judicial, Mizan Online.
El veredicto preliminar del caso fue emitido el primero de noviembre por el tribunal revolucionario de Teherán y la Corte Suprema rechazó el recurso el 20 de noviembre.
Amnistía Internacional (AI) calificó como una “farsa” los procesos a manifestantes y acusó a las autoridades iraníes de servirse de la “pena de muerte como una herramienta de represión política para instigar miedo entre la gente y terminar con el levantamiento popular”.