El Partido Republicano conserva la mayoría en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, con lo que controlará todo el Congreso, esto según afirman este miércoles varias cadenas de televisión del país norteamericano que reportan cómo el movimiento liderado por Donald Trump terminará con una mayoría en la Cámara baja superando a los demócratas en las votaciones tras los últimos conteos.
Según CNN y NBC, los republicanos mantendrán el control en la Cámara de 435 escaños, después de arrebatar el Senado a los demócratas en las elecciones, en las que Donald Trump obtuvo una victoria contundente. Con esto, se espera que el movimiento conservador tenga una aplanadora que haga poca o nula resistencia a las políticas del mandatario electo que iniciará su periodo presidencial el próximo 20 de enero.
“Ha sido una victoria decisiva en todo el país. La gente quiere vernos poner en marcha y aplicar nuestro programa Estados Unidos primero”, afirmó el congresista republicano Mike Johnson, que debería —salvo sorpresa mayúscula— seguir presidiendo la Cámara de Representantes. El político conservador ha sido uno de los grandes aliados que ha tenido Donald Trump durante su campaña y fue el contrapeso de muchas iniciativas del gobierno de Joe Biden y Kamala Harris.
“Tenemos un programa para los primeros 100 días, bajando el coste de los alimentos, bajando el precio de la energía, garantizando la seguridad de la frontera, poniendo en marcha la economía para que las familias que estaban pasando apuros puedan levantarse”, añadió el congresista republicano Steve Scalise. Esto por cuenta de una de las prioridades más grandes del nuevo presidente: levantar la economía estadounidense.
En las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, Trump también ganó el voto popular frente a la vicepresidenta demócrata Kamala Harris con el 50,2 % de los votos, según NBC News. Se impuso en los siete estados clave que deciden los comicios porque votan en función del candidato y no del partido. Todo en contra de los principales pronósticos que indicaban una elección mucho más reñida que podría haber ganado su contrincante.
Controlar el Congreso se lo pondrá más fácil al 45º y futuro 47º presidente, quien ha prometido aplicar medidas mucho más radicales que las que hubo en su primer mandato a cargo de la Casa Blanca. Entre ellas están las deportaciones masivas de inmigrantes, recortes fiscales y la desregulación de la administración.
Trump ha expresado su deseo de eludir el laborioso proceso de confirmación por el Senado de las personas que planea nombrar en puestos clave de su gobierno para evitar que sean rechazadas o estén bajo el ojo público por mucho tiempo. Para ello, el mandatario electo se propone recurrir a una cláusula que permite al presidente hacer nombramientos temporales sin necesidad de dicha instancia.
El horizonte judicial de las condenas penales y múltiples demandas contra Trump se ha despejado considerablemente desde que la Corte Suprema, de mayoría conservadora, dictaminó en julio que los presidentes estadounidenses gozan de inmunidad penal en el ejercicio del cargo. En Nueva York, un juez que debía pronunciarse el martes sobre si una condena penal dictada contra él es legal a la luz del fallo de la Corte Suprema, aplazó su decisión hasta el 19 de noviembre.
El futuro mandatario se reunió este miércoles con el presidente demócrata Joe Biden en la Casa Blanca para iniciar el periodo de transición entre ambos líderes estadounidenses. El actual líder de los Estados Unidos prometió tener una transición pacífica con su predecesor y sucesor cuando este asuma el cargo a inicios del próximo año.