En la celebración de la Semana Santa que se lleva a cabo por parte del mundo católico y cristiano se registró un hecho que indignó a todos los seguidores de esta religión.

Un pastor en Brasil encontró a su esposa en un motel ubicado en la ciudad de Mato Grosso do Sul. Allí, con cámara en mano, entró a la habitación donde se encontraba la mujer junto a su amante.

Desesperado, el religioso le grabó la cara a su pareja y al hombre con el que estaba en la cama. “Mírenla es ella, es ella”, decía evidentemente exasperado. El video se volvió viral en redes sociales y más en una época donde se profesa la fidelidad.

Luego que el material audiovisual se conociera en el mundo entero, la pastora habló en medios de comunicación brasileños, argumentando que fuerzas del más allá eran las culpables de que hubiera cometido un acto de infidelidad.

“Fueron errores, pero no es nuestra culpa. Nosotros fuimos víctimas de Satanás para escandalizar y embarrar nuestros nombres. Fuimos usados por el diablo”, se le escucha decir en sus declaraciones al medio Lado B de Brasil.

¿Se puede tener relaciones sexuales en Semana Santa?

Este caso trajo nuevamente a colación uno de los mitos que se profesa en la Semana Mayor y en donde supuestamente el diablo estaría actuando: tener relaciones sexuales durante este tiempo. Al respecto, se han dado a conocer respuestas sobre diferentes cuestionamientos que han pasado de una generación a otra en torno a la Semana Santa.

No pueden tener sexo en Semana Santa porque ‘se quedan pegados’: la posibilidad de quedarse pegado cuerpo a cuerpo sí existe, pero esto sucede cuando hay un problema físico o psíquico producido en la mujer, que puede ocasionar que durante el acto ocurra una contracción involuntaria en ciertos músculos vaginales. Estos pueden aprisionar el miembro masculino y la pareja se quedaría ‘pegada’, pero puede ocurrir en cualquier época del año y para solucionarlo solo se debe tomar un relajante muscular y liberar al compañero (a).

También se han armado historias alrededor de la comida, los juegos e incluso hasta de cortes de pelo.

No se come carne: esta tradición data de 1950 y surge porque en ese entonces el viernes era un día de recogimiento por la conmemoración de la muerte de Jesús y se realiza un sacrificio; muchos de los creyentes optaban por no salir, mientras que otros se abstienen de comer algo que por tradición es apetecible, es decir, que esa era una forma de ofrecer un sacrificio, a pesar de que actualmente esta práctica no es realizada por la mayoría.

No se puede salir y disfrutar: aunque muchos entiendan que Semana Santa es un tiempo de recogimiento, algunas personas toman este espacio para vacacionar. Sin embargo, por mandato para algunos creyentes, solo se puede escuchar música cristiana y no acceder a ninguno de los placeres mundanos.

Los niños que crecieron en zonas rurales no podían trepar a los árboles porque podían convertirse en micos: esto no tiene ningún tipo de fundamento científico. Lo que sí podría presentarse es un exceso de vello en el cuerpo, pero esto en medicina se conoce como hirsutismo y se produce posiblemente por desórdenes hormonales.