El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, exigió el miércoles un “alto el fuego inmediato” en Gaza y llamó a Israel a detener “la matanza indiscriminada de palestinos”, durante su discurso de investidura ante el Congreso de los Diputados.
En el evento, el mandatario tiene que pedirles a los parlamentarios que voten por él para que pueda seguir en el poder, luego de las polémicas elecciones de julio.
“Exigimos el alto el fuego inmediato de Israel sobre Gaza y el estricto cumplimiento del derecho internacional humanitario que hoy claramente no se está respetando”, afirmó el líder socialista español.
Se espera que Sánchez sea investido el jueves para un nuevo mandato, incluso en medio de la polémica por las amnistías que les dará a los independistas catalanes a cambio de que apoyen su nuevo mandato.
“Que no haya dudas, estamos con Israel en la repulsa y la respuesta al atentado terrorista (...) de octubre”, agregó Sánchez, que pidió igualmente “la inmediata liberación de los rehenes” secuestrados por el movimiento palestino Hamás tras el ataque del 7 de octubre.
“Pero con idéntica claridad, rechazamos la matanza indiscriminada de palestinos en Gaza y en Cisjordania”, lanzó.
El socialista prometió, además, que el “primer compromiso” de su nuevo gobierno será “trabajar en Europa y por supuesto en España para reconocer al Estado palestino”. En 2014, el Parlamento español adoptó, por casi unanimidad, una proposición no de ley, sin carácter vinculante, que instaba al gobierno entonces dirigido por el conservador Mariano Rajoy a reconocer a Palestina como Estado.
En 1991, Madrid acogió una Conferencia de paz sobre Oriente Próximo en la que participaron, por primera vez desde la creación del Estado de Israel en 1948, todas las partes árabes en conflicto directo con el Estado hebrero: palestinos, sirios, jordanos y libaneses.
Dos años después de esta conferencia se firmaron en Washington los acuerdos de Oslo, a través de los que Israel y la Organización para la Liberación Palestina (OLP) se reconocían mutuamente. Desde entonces, los palestinos buscan la legitimidad en todo el mundo para poder consagrarse como un estado reconocido por la gran mayoría del planeta.
La guerra entre Israel y Hamás se desencadenó el 7 de octubre por el ataque cometido por el grupo terrorista palestino en territorio israelí, que dejó unos 1.200 muertos —civiles en su mayoría—, según las autoridades israelíes, que también atestiguaron secuestros, masacres y violaciones contra la población del país judío, siendo este el día que más judíos han muerto desde la segunda guerra mundial.
En respuesta, Israel prometió “aniquilar” el movimiento islamista y lanzó una campaña de bombardeos en la Franja de Gaza, además de una operación terrestre el 27 de octubre. Esta ha sido condenada por varios países alrededor del mundo, ya que ha sido tachada de excesiva e indiscriminada contra la población civil que reside en el territorio controlado por el grupo islámico terrorista.
La ofensiva israelí ha matado hasta la fecha más de 11.300 personas, sobre todo civiles y de las que 4.650 eran niños, según el Ministerio de Salud de Gaza, gobernado por Hamás, que también lleva más de un mes bajo asedio y apenas con acceso a suministros básicos para la población que vive en el territorio asediado día y noche por las fuerzas de Israel bajo órdenes de Benjamin Netanyahu.
Además, Hamás, clasificado como organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel, secuestró el día del ataque a unas 240 personas que fueron llevadas a Gaza, según el ejército israelí. Al momento, se desconoce el paradero de muchos de los civiles raptados por el grupo terrorista. Mientras tanto, los cabecillas afirman que alrededor de 50 de los secuestrados han muerto fruto de los bombardeos israelís.
Con información de AFP.