En el marco de la conmemoración del Día internacional de la Libertad de Prensa, la alta comisionada para los Derechos Humanos, y expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, se pronunció frente a la existencia de herramientas de espionaje como Pegasus, señalando que estas son una grave afrenta para la privacidad y para el ejercicio del periodismo, aduciendo que estos sistemas de espionaje han sido usados para perfilar a periodistas, derivando también en detenciones, intimidaciones e incluso asesinatos de profesionales de la comunicación.
En ese sentido, Bachelet afirmó que es necesario que se implementen sistemas que permitan regular dichas herramientas, manifestando el riesgo que de ellas se deriva y recordando que esta herramienta de espionaje es usada en al menos 45 países, bajo altos niveles de secretismo y desprovistos de marcos regulatorios, lo que la hacen aún más peligrosa.
Además de Pegasus, recientemente en el centro de la polémica por el caso de interceptaciones ilegales de las que sufrió el presidente español, Pedro Sánchez, y otros miembros de su equipo de Gobierno, Bachelet se refirió a herramientas que cumplen la misma función, como Candiru.
El mensaje de Bachelet fue emitido a propósito de la fecha en que se celebra la defensa de la libertad de prensa, y en este la funcionaria aseguró que más allá del riesgo que representan las escuchas ilegales para los periodistas, también lo es en muchas ocasiones para los familiares de estos y para las fuentes.
El pronunciamiento de Bachelet se presentó durante un evento organizado en el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales de Ginebra, espacio en el que se encontraban presentes los más recientes ganadores del Premio Nobel de Paz, dos periodistas exaltados por su lucha en favor de la verdad en contextos tan difíciles como Filipinas y Rusia.
Dentro del pronunciamiento, Bachelet también apuntó a otra de las realidades que aqueja a los periodistas y que va en detrimento de la libertad de expresión y de prensa, refiriéndose a patrones de autocensura, en escenarios donde se sospechan vigilados, a través de herramientas como Pegasus, o en casos en los que el mismo medio y los intereses de personas con poder dentro de ellos implican optar por callarse las convicciones y posturas propias.
En ese sentido, la alta comisionada para los DD. HH. hizo un llamado a los diferentes Estados y sus respectivas instituciones, para que, en caso de emplear herramientas de espionaje como la referida, lo hagan en el marco del respeto por los derechos humanos y se cuestione igualmente su uso cuando representen hechos ilegales o afrentas a la privacidad.
Así, Bachelet también reiteró su llamado al uso de estas tecnologías, solamente en casos donde las limitaciones de su empleo estén claros y existan los garantes para tal ejercicio.
En ese sentido, Bachelet apuntó a que la reglamentación y el respeto por la privacidad no solo compete a los Estados, sino también eventualmente a las empresas privadas que hacen uso de esas herramientas.
De igual modo, a través de las redes sociales, Bachelet envió un saludo a los profesionales de los medios de comunicación, destacando el “valor y la determinación de los periodistas que nos traen verdad, informaciones e ideas”, recordando a su vez que “la labor de los profesionales de la prensa es crucial para garantizar que vivamos en sociedades democráticas, justas y pacíficas”.
La diplomática reconoció los graves riesgos que conlleva en algunos escenarios el ejercicio del periodismo, en especial en las regiones en las que se desarrollan conflictos, y en países “donde el espacio cívico está muy restringido o donde los niveles del crimen organizado son muy elevados”.
Según el balance retomado por la también expresidente chilena, en 2021 la prensa estuvo fuertemente amenazada por una serie de factores de inseguridad para quienes ejercen el oficio, señalando que, en el mundo, al menos 293 de ellos presentó problemas para el desarrollo de la profesión, cifra que se complementa con la de asesinatos, que si bien se redujo, continúa siendo alarmante, al haberse ubicado en 55 casos.
Frente a esta realidad, la alta comisionada de los Derechos Humanos de la ONU cuestionó los altos niveles de impunidad en los casos de agresiones contra periodistas, los cuales han llegado al 87 %, refiriendo que solo un pequeño porcentaje de los casos, ocurridos desde 2006, ha logrado justicia.
Según Bachelet, uno de los países que actualmente representa mayores limitaciones y peligros para el ejercicio del oficio del periodismo es México, donde al menos ocho periodistas murieron violentamente en 2021.
Sin embargo, la cifra parcial que se reporta este año en el mundo muestra un panorama aún más desalentador, pues transcurridos solamente tres meses del año, la cifra ya se sitúa en siete periodistas asesinados.
A ese difícil panorama se sumaría la cifra de periodistas “muertos en cobertura de guerra”, situación que en el caso del conflicto en Ucrania ha dejado al menos 12 víctimas según el recuento de medios internacionales.