Alberto Fernández y Jair Bolsonaro multiplicaron los choques desde la victoria del peronista en las primarias de Argentina, creando preocupación sobre el impacto que una mala relación entre los dos países podría tener en la región y en el flamante acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea (UE). Menos de 24 horas después de la aplastante victoria de Fernández -en fórmula con la exmandataria Cristina Kirchner- sobre el neoliberal Mauricio Macri, Bolsonaro dijo temer una oleada de refugiados similar a la que Brasil enfrenta en su frontera con Venezuela si "esos izquierdosos" ganan las elecciones de octubre en Argentina. Fernández no tardó en responder: "Celebro que Bolsonaro hable mal de mí. Es un misógino, un racista y violento. Con Bolsonaro no tengo problema en tener problemas". Pidió además a Bolsonaro que "libere" al expresidente Luiz Inácio Lula de Silva, que denuncia una conspiración en la condena de casi nueve años de cárcel que cumple por corrupción. El mes pasado, Fernández visitó a Lula en su celda de Curitiba (sur). Bolsonaro, que basó su campaña en el odio a Lula, proclamó en varias ocasiones su apoyo a Macri y expresó su preocupación por la posibilidad de que Cristina Kirchner vuelva al poder. "Todo apunta a que la relación entre ambos, si gana Fernández, será dura, pero un estado de tensión prolongado no le interesa a ninguno de los dos", dijo a la cadena AFP Vinicius Vieira, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Sao Paulo. De todas formas, para Fernández tanto Bolsonaro como Macri son figuras pasajeras de la historia. "Con Brasil nos vamos a llevar espléndido, Brasil va a ser siempre nuestro principal socio, Bolsonaro es una coyuntura en la vida de Brasil como Macri es una coyuntura en la vida de Argentina". Brasil es el principal socio comercial de Argentina, y Argentina es el tercero de Brasil (después de China y Estados Unidos). Le sugerimos: Termina una era en Argentina ¿Repensar el Mercosur? Los observadores estarán atentos sobre todo al impacto que un cambio de gobierno en Argentina y las tensiones entre los principales socios del Mercosur podrían tener en el acuerdo de libre comercio alcanzado en junio entre el bloque sudamericano (formado también por Paraguay y Uruguay) y la Unión Europea. Ya en su visita a Lula, Fernández afirmó que el acuerdo fue "anunciado precipitadamente" para beneficiar electoralmente a Macri y que lo revisaría si llega al poder. Fernández "está dando señales, más que las necesarias, concretas, de que no se quiere alinearse con lo que en su momento nos alineamos con Macri, con Marito [el presidente paraguayo, Mario Abdo] y con el presidente de Uruguay", dijo Bolsonaro el lunes. Según Patricia Krause, economista para América Latina de la aseguradora francesa de créditos Coface, "en caso de que el nuevo congreso argentino cree barreras para la aprobación [del acuerdo], el gobierno brasileño podría repensar el Mercosur". Comentaristas en Brasil expresaron además su temor de que el retorno en Argentina de políticas que los mercados descalifican como "populistas" provoquen una evaluación internacional negativa de Brasil. Le puede interesar: La contundente derrota a Mauricio Macri en las elecciones primarias en Argentina Krause afirma que ese impacto será a lo sumo "de corto plazo", dado que Brasil "vive un momento económico más favorable que Argentina". Los mercados parecen darle la razón. La Bolsa de Sao Paulo, que perdió el lunes 2% (impactada también por la guerra comercial entre China y Estados Unidos) ganaba este lunes 1,58% una hora antes del cierre. Y el dólar, que el lunes había pasado la barrera de los 4 reales por primera vez desde mayo, se negociaba el martes a 3,96 reales. Según Vinicius Vieira, "la injerencia de Bolsonaro en las elecciones argentinas es algo sin precedentes y va contra la política exterior brasileña", tradicionalmente equidistante en los comicios de los otros países. ¿A quién beneficia esa injerencia? "Sin duda a Fernández", opina el profesor de la Universidad de Sao Paulo. Bolsonaro tiene una imagen negativa entre el electorado argentino. Es un nostálgico declarado de las dictaduras latinoamericanas de los años 70 y 80 y además está aplicando, por ahora sin frutos, un programa neoliberal que en la Argentina de Macri ha terminado en desastre. "Bolsonaro, con su apoyo ostensivo a Macri, parece que le ha dado un tiro en el pie al propio Macri y a su ambición de formar un bloque de derechas en Sudamérica", apuntó Vieira.