Como ejemplar se ha calificado la actuación de la justicia argentina en la resolución del caso que se refiere a un abuso sexual que tiene como víctima a una menor de tan solo nueve años en la zona de Rosario de la Frontera, y que tiene como responsables al líder de una comunidad religiosa evangélica, y varios miembros de su núcleo familiar.

Según recogen medios locales en Argentina, la decisión adoptada por el juez Ramón Haddad, orientada a hacer justicia en el caso de abuso sexual, evitando que este quede en la impunidad, refiere la imposición de una pena carcelaria de 12 años de cárcel en contra de un líder religioso, o pastor, identificado como Benjamín Abilés Miranda, a quien se encontró culpable, de parte de las autoridades locales, de conductas inadecuadas en contra de una niña de tan solo nueve años, quien fue vulnerada al interior de las instalaciones de la iglesia que él lidera.

El caso, que indignó a los pobladores de la zona de Rosario de la Frontera, no solo involucra al referido pastor religioso, sino también a varios miembros de su familia, quienes también fueron señalados como parte del caso, calificándolos como partícipes y cómplices.

En ese caso, según detallan los medios locales, la hija del señalado violador, y su yerno, deberán pagar una pena de ocho años de cárcel, al haber sido encontrados culpables de la acusación de ‘partícipes necesarios’, mientras que la esposa del religioso deberá ir a la cárcel por dos años, al encontrársele responsable de amenazas en contra de los familiares de la víctima.

La investigación adelantada en el esclarecimiento de este caso, puesto a la luz por los familiares de la niña vulnerada, determinó que, en efecto, el pastor evangélico abusó de la niña, al interior de un establecimiento conocido como “Iglesia Evangélica Ministerio Apostólico y Profético de Restauración Visión de Águila”.

En el caso del pastor, este fue encontrado culpable del cargo de abuso sexual con acceso carnal, delito que elevado a la calidad de agravado, dadas las condiciones particulares del hombre, al ser un ‘ministro de culto’, advirtiendo que este, además, tenía la obligación de protegerla y no haber violentado su integridad.

Pese a que la Fiscalía argentina solicitó al juez la imposición de una pena de 15 años, este finalmente determinó un castigo de 12 años de prisión, incluso después de que se determinara que el hombre era ‘reincidente’ en esta clase de conductas.

En medio del proceso, se determinó que las autoridades registraran el ADN del hombre en un banco de datos genéticos, que sirven, eventualmente para el estudio de otros casos en los que pudiese resultar señalado.

Si bien el resultado de la investigación apenas se conoce, permitiendo resolver el caso, medios locales han precisado que la denuncia de este caso, fue radicada por la madre de la menor vulnerada en noviembre del año 2020.

En cuanto a la esposa del pastor, una mujer identificada como Marta Sabina Mamaní, si bien se le había señalado de ser cómplice de los hechos, al haberlos conocido, permitido, y no denunciado, esta resultó ser absuelta de dichos cargos, no obstante, terminó sentenciada a pagar dos años de prisión, debido a sus conductas inadecuadas durante el estudio del caso, referidas a escenarios en los que intentó amedrentar o atemorizar a los familiares de la niña con amenazas.

Sobre la hija y el yerno del agresor, quienes deberán pagar ocho años de cárcel, la justicia los identificó como Juana Elizabeth Miranda, y Ricardo Fabián Coria, cuyos perfiles de ADN también deberán ser registrados en la base de datos.