Por ahora, 12 militares estadounidenses murieron y 15 resultaron heridos el jueves en dos ataques suicidas en el aeropuerto de Kabul ejecutados por militantes del grupo yihadista Estado Islámico (EI), informó el Pentágono.

“Varios civiles afganos también murieron y resultaron heridos en el ataque”, dijo el general Kenneth McKenzie, jefe del Comando Central de Estados Unidos.

Desde el Pentágono también anunciaron que EE. UU. ha decidido tomar represalias contra el Estado Islámico por los atentados y seguir con las evacuaciones en el aeropuerto de Kabul.

Son los primeros militares estadounidenses abatidos en Afganistán desde que Washington firmó en febrero de 2020 un acuerdo con los talibanes para retirarse del país. A cambio del compromiso de salida, los talibanes acordaron no llevar a cabo ataques contra las tropas estadounidenses o de la OTAN.

Dos explosiones golpearon la zona próxima al aeropuerto de Kabul, según el Pentágono. Una explosión se produjo cerca de Abbey Gate, una de las puertas de acceso al aeropuerto; la otra fue cerca del Hotel Baron, a 200 metros de distancia.

Antes del ataque, Estados Unidos y otros aliados de la coalición en Afganistán advirtieron que informes de inteligencia indicaban que el brazo afgano del grupo yihadista Estado Islámico, el Estado Islámico-Khorasan (IS-K), estaba planeando ataques suicidas con bombas en el aeropuerto.

El IS-K está en desacuerdo con los talibanes, según reportes.

Miles de afganos se han aglomerado en los últimos días en torno al aeropuerto de la capital afgana, controlado por Estados Unidos, buscando huir de los islamistas radicales.

Más de 5.000 soldados estadounidenses se encuentran allí para asegurar los vuelos de evacuación, que desde el 14 de agosto han sacado del país a cerca de 100.000 personas, entre afganos y extranjeros.

Momentos de terror después de los atentados. | Foto: AFP or licensors

El presidente estadounidense, Joe Biden, citó a principios de esta semana la amenaza de seguridad para el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai, particularmente del IS-K, como una razón para ceñirse a su fecha límite de retiro del 31 de agosto.

Miles de afganos y extranjeros esperan aún poder salir del país. Antes de la explosión, Kirby negó que las evacuaciones de Afganistán pudieran terminar antes de lo esperado debido a las amenazas.

“Continuaremos evacuando a la mayor cantidad posible de personas hasta el final de la misión”, tuiteó Kirby.

La reunión de Joe Biden con el primer ministro israelí, Naftali Bennett, se pospuso para el viernes, informó la Casa Blanca, pues el presidente de Estados Unidos despejó su agenda para lidiar con la situación derivada del sangriento atentado cometido cerca del aeropuerto de Kabul.

“La reunión bilateral del presidente... ha sido reprogramada para mañana”, dijo la Casa Blanca. Los dos líderes debían reunirse a las 11:30 locales de este jueves (15h30 GMT), pero el atentado en el aeropuerto de la capital afgana, que dejó 12 soldados estadounidenses muertos y al menos 15 heridos, trastocó los planes.

Hubo dos explosiones en la zona próxima al aeropuerto de Kabul, actualmente controlado por tropas estadounidenses.

Esta semana, servicios de inteligencia de Estados Unidos y otros aliados de la coalición en Afganistán habían advertido que informes creíbles indicaban que el brazo afgano del grupo yihadista Estado Islámico (EI), el Estado Islámico-Khorasan (IS-K), estaba planeando ataques suicidas con bombas en el aeropuerto.

Duras críticas contra Biden

El gobierno de Biden, duramente criticado dentro y fuera del país por su forma de organizar la misión, insistía en que el 31 de agosto era la fecha límite para salir.

Desde el 14 de agosto, más de 100.000 personas lograron escapar, mientras los talibanes empezaban a controlar lentamente los resortes del poder.

La amenaza de un ataque terrorista era omnipresente porque grupos yihadistas como el Estado Islámico (EI) son rivales de los talibanes, que por su parte les exigían a los occidentales acabar cuanto antes las operaciones de evacuación y abandonar del país, su objetivo durante 20 años de guerra.

El propio Biden reconoció el jueves que la amenaza era inminente, días después de haber relativizado la situación en el aeropuerto.

Sunitas radicales como los talibanes, pero a la vez rivales de estos, los miembros del EI han masacrado a civiles en mezquitas, santuarios, plazas y hasta hospitales, así como ha tomado de blanco a musulmanes de facciones que considera herejes.

Cuando Estados Unidos y los talibanes cerraron en 2020 el acuerdo que trazaba las líneas de la retirada de las tropas extranjeras, el EI los acusó de abandonar la causa yihadista.

*Con información de AFP