Long Island es el escenario de un lamentable hecho ocurrido días atrás y que genera conmoción en Estados Unidos, luego de que un hombre reportara, al regreso de un viaje de trabajo, que, al ingresar a su residencia, encontró un doloroso panorama. Su mascota, un perro de raza pitbull, había atacado y mutilado a su esposa, una mujer de 70 años, identificada como Marina Virriest.
Según recogen medios internacionales, el dantesco escenario ocurrió en el patio de la casa del hombre, donde este pudo identificar que el perro había destrozado parte del cuerpo de su pareja, consumiendo incluso algunos trozos de este, y cuidaba con recelo el cadáver de su ‘presa’.
En medio del shock propio de la escena con la que se encontró, el hombre les dio parte a las autoridades policiales, las cuales enviaron a un grupo de agentes que llegaron hasta su domicilio para hacerse cargo de lo ocurrido.
En un intento inicial por acercarse al animal, uno de los agentes también recibió un violento ataque por parte del animal, un perro de aproximadamente siete años de edad, que obligó a que el policía tuviera que recurrir a su arma para evitar que el daño ocasionado por el canino fuera mayor.
Así, accionando su arma en contra del perro, el agente policial pudo contener el ataque, causando una herida mortal en el animal, para posteriormente acceder al lugar en el que yacía el cuerpo inerte de la señora de la tercera edad.
Aunque en el lugar se pudo realizar el levantamiento del cuerpo, según detallan medios locales, los expertos no lograron determinar el tiempo que había transcurrido desde el ataque mortal que segó la vida de la mujer, ni las condiciones en las que podría haberse presentado dicho lamentable episodio.
En ese mismo sentido, el reporte de las autoridades policiales, recogido por medios estadounidenses, señala que, debido al fuerte escenario al que se enfrentó, al ser atacado por el perro y al identificar cómo este había destrozado el cuerpo de la mujer, el agente policial que acudió al domicilio debió ser sometido a un tratamiento psicológico con el objetivo de superar el trauma.
Ese mismo reporte refiere que, tras el levantamiento del cuerpo, los peritos que lo analizaron encontraron múltiples mutilaciones en el cuerpo de la señora Virrest, refiriendo afectaciones en los brazos, las piernas, la cara, entre otras partes del cuerpo. Esto evidencia la violencia del ataque del canino y las acciones hechas por el animal tras el asesinato de su cuidadora.
Publicaciones de prensa local, que también recogen la historia del ataque canino en contra de la señora Virriest, han explicado que ella no era la dueña del perro, sino que había asumido su cuidado algunas semanas atrás, luego de que el propietario, un hijastro de la pareja, falleciera como resultado de un accidente de tránsito.
El hecho genera gran desconcierto en la comunidad, pues el canino no tendría antecedentes de ataques violentos, por lo que el comportamiento asumido en contra de la señora de la tercera edad fue percibido con horror y sorpresa.