Los países continúan luchando contra la pandemia del coronavirus. Europa, una de las regiones que mayores oleadas ha sufrido, sigue en la búsqueda de medidas que le permitan tener abierta su economía sin que los contagios se salgan de control.
Por esta razón, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció este lunes un conjunto de medidas para alentar a los franceses a vacunarse, incluyendo la generalización del certificado sanitario para poder ir a restaurantes o cines y la vacunación obligatoria para el personal de salud.
“Debemos avanzar hacia la vacunación de todos los franceses porque es la única manera de volver a la normalidad”, dijo Macron en un discurso retransmitido por televisión en el que detalló nuevas medidas para tratar de frenar la propagación de la contagiosa variante delta.
El presidente francés anunció que la vacunación contra la covid-19 será desde ahora obligatoria para todo el personal de salud, los empleados de las residencias de ancianos y quienes trabajen con personas frágiles.
“Tendrán hasta el 15 de septiembre para vacunarse”, en caso contrario “no podrán seguir trabajando y no serán pagados”, señaló el ministro de Salud, Olivier Véran. “Nuestro país se enfrenta a un aumento de la epidemia en todo nuestro territorio, tanto en Francia continental como en el extranjero”, dijo Macron.
“La situación está controlada, pero si no actuamos ahora, el número de casos aumentará significativamente y provocará un aumento de las hospitalizaciones”, agregó el mandatario, quien señaló que desde agosto todos los franceses deberán presentar un certificado de vacunación o un test de covid negativo para poder ingresar a restaurantes, cafés, centros comerciales, hospitales, aviones y trenes.
Asimismo, desde el 21 de julio, todas las personas de más de 12 años que quieran ingresar a “lugares de ocio y cultura” con más de 50 personas, como cines o teatros, deberán presentar este certificado. Macron explicó que el objetivo del gobierno era reconocer el “civismo” de los vacunados e “imponer restricciones a los no vacunados y no a todos”.
Estos anuncios suponen un cambio de rumbo para el gobierno francés, tras varios meses de levantamiento progresivo de las restricciones, y subrayan la preocupación por la propagación de la variante delta, pues esta ya representa la mitad de las nuevas infecciones en Francia y se cree que es alrededor de un 60 % más infecciosa.
El número de nuevos casos en Francia se ha disparado a unos 4.200 al día, según las últimas cifras oficiales disponibles, aunque el número de decesos en los hospitales se mantiene bajo. Los contagios podrían subir “por encima de los 20.000 a principios de agosto si no actuamos”, advirtió el domingo el ministro de Sanidad.
El gobierno también va a golpear la cartera de los franceses como una manera de animarlos a vacunarse, comenzando a hacer pagar las pruebas PCR, a menos que sean prescritas por un médico, mientras que actualmente son gratuitas.
La perspectiva de tener que someterse a una prueba cada vez que se come o se bebe fuera de casa parece haber tenido un impacto inmediato en muchos franceses no vacunados, ya que el sitio web utilizado para reservar citas para vacunarse informó un importante aumento de las visitas.
La página web Doctolib indicó inmediatamente después del discurso de Macron que se había alcanzado el récord de 20.000 citas por minuto. Alrededor de 35,5 millones de personas -algo más de la mitad de la población francesa- han recibido hasta ahora al menos una dosis de la vacuna anticovid, mientras que 27 millones han recibido dos.
Un grupo de científicos que asesora al gobierno francés en materia de salud advirtió el pasado viernes que podría ser necesario vacunar hasta al 95 % de las personas para frenar la propagación de la variante delta.
Alrededor de 7.000 personas con covid están hospitalizadas en Francia actualmente, casi una cuarta parte del pico de la tercera ola en marzo-abril.
*Con información de la AFP.