Este miércoles, Perú exigió a la petrolera española Repsol que responda por el derramamiento de unos 6.000 barriles de crudo en su litoral central, atribuido por la empresa al oleaje causado por la erupción volcánica en Tonga.

“El derrame de petróleo de Repsol en Ventanilla es el peor desastre ecológico ocurrido en Lima en los últimos tiempos y ha ocasionado un grave perjuicio a cientos de familias de pescadores. Repsol debe resarcir este daño de manera inmediata”, afirmó la Cancillería en un mensaje publicado a través de la red social Twitter.

Según el despacho, “esta terrible situación ha puesto en peligro la flora y fauna en dos áreas naturales protegidas” que incluyen la Reserva Nacional del Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, Islotes de Pescadores y la Zona Reservada Ancón.

Las autoridades peruanas hallaron diversas especies marinas cubiertas de petróleo, muchas de ellas muertas, en tanto otras fueron rescatadas con vida.

El derrame ocurrió el sábado en la Refinería La Pampilla, ubicada en Ventanilla, un distrito de la provincia El Callao, en la región de la capital peruana, durante el proceso de descargue del buque tanque Mare Dorium –de bandera italiana y cargado con 985.000 barriles de crudo– presuntamente debido a la violencia del oleaje.

Consultada por la radio RPP, la vocera de Repsol en Perú, Tine van den Wall Bake Rodríguez, dijo: “No podemos decir quién es el responsable” del derrame, agregando que “estamos supremamente afectados” por lo que consideran “un lamentable incidente”.

La representante de Repsol, en su relato de lo sucedido, dijo que el pasado sábado se comunicaron con la Marina de Guerra de Perú tras conocer de la explosión del volcán en Tonga “para ver si había alerta de tsunami, pero nos confirman que no había ningún tipo de alerta para el litoral peruano, y que podíamos proseguir con la descarga del buque” que se había iniciado el viernes.

La empresa había comunicado en principio que se había producido un “derrame limitado” con un volumen aproximado a 7 galones de crudo (0,16 barriles).

Un trabajador reacciona durante una limpieza luego de un derrame de petróleo causado por olas anormales, provocadas por una erupción volcánica submarina masiva a medio mundo de distancia en Tonga, en la playa peruana en Ventanilla, Perú, 18 de enero de 2022. Foto REUTERS/Pilar Olivares | Foto: REUTERS

Van den Wall Bake Rodríguez explicó que inicialmente no se percibió ningún vertido de gran volumen, sino “solo iridiscencia en el mar”, y atribuyó que no se reportó en principio los casi 6.000 barriles derramados debido a que “el oleaje anómalo cogió el vertido debajo del buque y lo transportó lejísimos”. El crudo se extendió por al menos 18.000 metros cuadrados.

Limpieza

Repsol reiteró este miércoles en un comunicado que está “ejecutando las labores de remediación del litoral costero y limpieza de playas luego de la situación generada por las altas mareas registradas debido a la erupción volcánica en Tonga”.

“Se han desplegado barreras de contención que cubren todas las zonas afectadas y brigadas con equipos especializados por mar y tierra”, añadió.

En la playa Cavero, en Ventanilla, decenas de trabajadores con implementos de protección personal se valían de palas para recoger, por tercer día, el crudo en las costas, mientras miembros de la Marina de Guerra custodian las playas.

Javier Vega, uno de los trabajadores, dijo que “el trabajo es fuerte, estamos laborando de 6 de la mañana a 6 de la tarde recogiendo el petróleo”. El operativo se realiza bajo el sol inclemente del verano austral, con temperaturas que superan los 25 grados centígrados y con un fuerte olor a hidrocarburos.

Los trabajadores usan esponjas largas, como salchichas, para recoger el petróleo de la playa, que muestra un tono oscuro y viscoso, impregnadas de aceite. Luego emplean bolsas y baldes de plástico para almacenar el petróleo recogido.

*Con información de la AFP.