En un par de días se cumplirán dos meses desde que Pedro Castillo decidió hacer un intento de autogolpe de Estado al anunciar una disolución del Congreso, medida que fue ignorada por todo el aparato estatal, llevó a la destitución del investigado mandatario y a la llegada de Dina Boluarte al poder para cumplir el periodo constitucional hasta 2026.

Pero parece que el remedio fue peor que la enfermedad para los peruanos. Desde entonces, miles de ciudadanos, en defensa del expresidente Castillo –quien permanece encarcelado–, han salido a las calles a protestar contra la nueva administración. Durante las manifestaciones, más de 60 personas han perdido la vida, mientras hay acusaciones de un exceso de fuerza de las autoridades.

La situación se ha vuelto totalmente insostenible tanto para los manifestantes como para el mismo Gobierno de Boluarte. La principal demanda en la calle es que la presidenta peruana renuncie al cargo y se convoquen elecciones presidenciales lo más pronto posible. Sobre dicho adelanto de los comicios, es tal la asfixia que vive la administración que acompaña esta petición, pero se han encontrado con un palo en la rueda; el Congreso.

Niles de ciudadanos, en defensa del expresidente Castillo, han salido a las calles a protestar contra la nueva administración. | Foto: 2023 Anadolu Agency

A las pocas semanas de iniciadas las protestas, el aparato legislativo de Perú, a falta de un debate, aprobó adelantar las elecciones programadas para 2026 hasta 2024, pero para la ciudadanía esto no es suficiente. Los manifestantes quieren para este mismo año los comicios y que se dé el cambio de Gobierno. Incluso, la misma Boluarte está de acuerdo con el adelanto y quiere irse del cargo. Los únicos que no quieren el cambio de Gobierno son los mismos congresistas.

Por la misma intensidad de las protestas, la segunda votación para adelantar las elecciones para el próximo año nunca llegó y dejó al país aún más sumergido en el caos y la incertidumbre. César Candela, peruano experto en Gobierno y Políticas Públicas, habló con SEMANA al respecto de lo que se vive en el país inca y pone el foco en las decisiones que han sido tomadas en el Congreso peruano.

“Hay un claro interés de parte de los parlamentarios de no querer retirarse del Congreso. Primero habían aprobado una iniciativa para poder elegir presidenciales y legislativas para el periodo que resta, pero en el debate se rechazó. Al día de hoy, parece un show mediático para decirle a la gente que están haciendo algo, pero no lo están haciendo”, declara el experto.

De igual manera, cuenta que cada tendencia política del país busca, por su lado, lo mejor para sus movimientos. Por ejemplo, desde los partidos políticos cercanos al expresidente Pedro Castillo y la extrema izquierda, quieren que haya elecciones presidenciales y legislativas lo más pronto posible para poder capitalizar el descontento popular y las manifestaciones en otro Gobierno cercano a sus ideas, mientras que la centroizquierda y el centro velan por una elección en 2024, según los plazos constitucionales, pero la tendencia es que, a día de hoy, las elecciones serían en 2026.

La realidad es que en Perú hay una crisis política desde hace muchos años, hay desconfianza y descontento de la población contra todos aquellos que son elegidos para cargos públicos. Muestra de esto es que Perú ha tenido seis presidentes en menos de cinco años, así como tres congresos en cuatro años. La Presidencia y el Congreso son supremamente impopulares dentro del país, y con toda la crisis actual no parece ser algo que cambie a corto plazo.

“Hay un claro interés de parte de los parlamentarios de no querer retirarse del Congreso", dice César Candela experto en Gobierno y políticas. (AP Foto/Guadalupe Pardo) | Foto: Copyright 2022. The Associated Press. All rights reserved

Con el rechazo del Legislativo a una propuesta acompañada públicamente por el Gobierno nacional, el mandato de Dina Boluarte se encuentra en una encrucijada por cuenta de que más del 70 por ciento de los peruanos quieren que la presidenta se vaya del cargo, según la firma Ipsos, pero el Congreso no colabora para que haya una transición democrática del poder a un nuevo mandato elegido por el pueblo, después del fiasco de Pedro Castillo y del fracaso de la actual administración por poder lograr unir a Perú.

De igual manera, la presidenta Boluarte no se plantea ni por un momento dar un paso al costado y dejar el cargo. “Mi renuncia no está en juego en esta situación. Yo sé que hay un sector mínimo de la población, de estos grupos que están generando la violencia y el caos en el país, que de manera de chantaje están pidiendo la renuncia de la presidenta Boluarte”, dijo la mandataria en una declaración a la prensa.

La misma tónica se vive dentro de su gobierno. El primer ministro, Alberto Otárola, también se fue en contra de aquellos que piden la salida de Boluarte, diciendo que “no va a ceder a este chantaje político, anárquico, que quiere llevar al país al desorden y a la crisis”. De igual manera, tachó a los manifestantes de ser ‘grupos minoritarios’ y extendió una invitación para que “reflexionen y apuesten por trabajar con unidad, con paz y desarrollo”.

El escenario en el futuro es bastante incierto y desesperanzador con el rechazo del Congreso, ya que se espera que las manifestaciones continúen por un largo tiempo hasta que algo cambie en el país. Y con la imposibilidad de una renuncia de Boluarte la situación es cada vez más insostenible para los peruanos, que ven cómo bloqueos y protestas hacen más dura su vida y se espera que la economía a mediano plazo pueda llegar a ser afectada, algo que no es muy común en una nación acostumbrada a que las finanzas vayan por un lado y la política, por otro.

Para Candela, es un panorama duro, pero no imposible para el pueblo peruano. “Lo bueno es que el peruano sabe salir adelante; sale a trabajar a pesar de todas las consecuencias”, dice el experto, que también manifiesta que “tiene que haber un mayor compromiso de parte de la población para las siguientes elecciones”, esto para intentar elegir un mandatario que pueda unir al pueblo de una vez por todas.

“Mi renuncia no está en juego en esta situación. Yo sé que hay un sector mínimo de la población, de estos grupos que están generando la violencia y el caos en el país, que de manera de chantaje están pidiendo la renuncia de la presidenta Boluarte”, dijo Dina Boluarte, presidenta de Perú | Foto: Copyright 2023 The Associated Press. All rights reserved

“Lo que tiene que primar es la sensatez y el diálogo para buscar el bienestar de la mayoría. Entonces siempre tengo fe para continuar”, finaliza Candela. Desde la institucionalidad peruana se busca que, mediante los consensos, se encuentre una salida pacífica a una crisis que ya tiene casi dos meses y sigue afectando al país. Pero con los tres rechazos de intento de adelantos de elecciones, todo parece muy complicado.

Perú sigue paralizado por las manifestaciones, en medio de un Congreso que legisla de espaldas al país bajo el interés para mantenerse en el poder otros tres años y una presidenta que no encuentra el camino para dejar el cargo a pesar de que la inmensa mayoría de la ciudadanía quiere que se vaya. Al final, los más afectados siguen siendo los ciudadanos, que ven al país cada vez más asfixiado y lejos de cualquier solución pronta, pero que continúan resistiendo ante la crisis, como lo han realizado en el pasado.