En una rueda de prensa para entregar los avances en la investigación por la desaparición del periodista británico Dom Phillips y el indigenista local Bruno Pereira, autoridades brasileñas confirmaron que, en el marco de las indagatorias realizadas a los detenidos como presuntos responsables de la desaparición, uno de ellos, de oficio pescador, confesó que él había asesinado a los dos hombres, y que se había deshecho de sus cuerpos enterrándolos en una zona de difícil acceso en la Amazonia brasileña.

Según detallaron las fuentes policiales a cargo de la investigación, el sospechoso, un pescador local identificado como Amarildo da Costa de Oliveira, entregó escabrosos detalles sobre el crimen cometido, señalando con exactitud el lugar hasta donde llevó los cuerpos con la intención de que no fueran encontrados.

Medios internacionales detallaron el sitio indicado por el pescador. El paraje donde fueron dejados los cuerpos se encuentra cerca del sitio donde se habían centrado las investigaciones, “selva adentro”.

Horas antes de que las autoridades entregaran la información sobre el confeso asesino del periodista y el indigenista, el ministro de Justicia de Brasil, Anderson Torres, había entregado noticias sobre el hallazgo de dos cuerpos humanos, advirtiendo que se encontraban en las labores de identificación para determinar si se trataba de los dos hombres, quienes habían desaparecido hace cerca de 10 días en la zona de la Amazonia brasileña, en un sector próximo a la frontera con Perú y Colombia.

La revelación hecha por el ministro de Justicia se dio a través de su cuenta de Twitter, en la que mencionaba que los cuerpos fueron hallados en medio de las excavaciones realizadas en un área próxima a donde ya habían sido encontrados algunos objetos personales de los desaparecidos.

Según detallan medios internacionales, este miércoles uno de los dos detenidos por el crimen había sido conducido por las autoridades hasta el lugar de la búsqueda, al parecer con el objeto de entregar información puntual sobre el que sería el paradero de los dos desaparecidos.

Hace pocos días, el presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, había afirmado que los cuerpos de rescate habían informado el hallazgo de vísceras humanas, en inmediaciones de una de las fuentes hídricas de la zona. No obstante, aún se encontraban desarrollando investigaciones para determinar si se trataba de los restos correspondientes al periodista y el indigenista desaparecidos.

La última vez que habían sido vistos con vida Phillips y Pereira fue el pasado domingo 5 de junio, cuando emprendieron un viaje a través de vías fluviales, más precisamente por el río Itaquaí.

La presencia de Pereira y Phillips en la zona respondía a investigaciones que adelantaba el comunicador, colaborador del medio The Guardian, quien preparaba un libro sobre la situación de la Amazonia, zona del mundo sobre la que en el pasado ya había sacado dos publicaciones.

El lugar específico donde se presentó la desaparición, y donde se habían centrado las investigaciones, es un sitio conocido como el Valle de Javarí, área considerada como un sector clave para los grupos ilegales dedicados al tráfico de madera, especies y drogas, donde además se presentan prácticas de minería y pesca no autorizada.

Uno de los rasgos que había conducido a la aprehensión de los dos sospechosos, respondía al hallazgo de rastros de sangre al interior de una embarcación, empleada precisamente por el hombre que este miércoles reconoció ser el autor del asesinato.

En declaraciones entregadas por el presidente Bolsonaro, este también había apuntado que la expedición que habían emprendido los desaparecidos era de alto riesgo, dadas las condiciones de la zona, y a que este ya era reconocido por sus reportajes y denuncias sobre los actos ilegales que tenían lugar en la zona.

Era una “aventura no recomendable”, calificó el líder del gobierno brasileño.