El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se refirió a la situación más reciente sobre la implementación de los acuerdos de paz en el país y explicó a los embajadores presentes cómo funciona el cese bilateral del fuego en medio de la creciente ola de violencia originada por grupos delincuenciales en Colombia.
Durante la reunión, el mandatario aprovechó para referirse a la gestión de la Fiscalía General de la Nación, tanto en el Gobierno anterior y la comparación con la nueva fiscalía a cargo de Luz Adriana Camargo, elogiando algunos procesos que se han adelantado en este nuevo período.
El mandatario aseguró que la Fiscalía anterior fue débil y prácticamente no existió, y por esta razón no hay condenas a asesinos de excombatientes de las Farc. Por consiguiente, pidió ante todos los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU ayuda para implementar una misión de investigación judicial internacional que trabaje en conjunto con la Fiscalía para encontrar y judicializar a los perpetradores de asesinatos a exfirmantes del acuerdo de paz entre las Farc y el gobierno de Juan Manuel Santos.
Petro también culpó a sectores de su país de los problemas para hacer avanzar los acuerdos. “En Colombia la paz se ve como algo revolucionario, mientras la violencia que ha durado durante generaciones acompañándonos se ve como lo normal”, dijo, pese a que según una encuesta de la ONU más del 80 % de los colombianos en zonas conflictivas favorece el diálogo como vía principal para la resolución de la violencia.
“¿Por qué Colombia fracasa continuamente?” en la consecución de la paz, se preguntó Petro, tras recordar que desde mediados del siglo pasado la violencia ha dejado 700.000 muertos.
Y lo achacó a la desigualdad. En Colombia, dijo, hay 10 millones de campesinos, “pero solo el 1 % tiene el 90 % de la tierra fértil. Y ese 1 % ha usado la tierra fértil no para producir comida, sino para lavar los activos del narcotráfico. Y la defiende a sangre y fuego”.
“Por eso tenemos millones de desplazados. Centenares de masacres. Fue lo que quiso resolver el acuerdo de paz del 2016.” Fue precisamente este punto en el que hizo hincapié Carlos Ruiz Massieu, representante del secretario general en Colombia.
“Nunca insistiré lo suficiente en la urgencia de la aplicación integral del Acuerdo de Paz de 2016 como tarea fundamental”, dijo, en particular, “garantizar la sostenibilidad del proceso de reintegración a largo plazo”.
“Coordinación interinstitucional”
El presidente colombiano, Gustavo Petro, pidió este jueves en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas medidas para “potenciar la capacidad financiera” de Colombia para implementar los acuerdos de paz con las FARC, lo que permitiría acabar con la producción de droga y mejorar el medio ambiente.
Esto conlleva proporcionar “viviendas, acceso a la tierra, seguridad y combatir la estigmatización de que son objeto” los guerrilleros que depusieron las armas. “Esto supone uno de los aspectos potencialmente más transformadores del Acuerdo. Sin embargo, los avances habían permanecido estancados hasta hace poco”, alertó.
La inseguridad, dijo, “claramente” es el principal obstáculo para la reincorporación y el éxito del proceso de paz, y recordó que desde la firma del Acuerdo, 421 firmantes han sido asesinados. Las comunidades indígenas y afrocolombianas siguen siendo las principales víctimas de la violencia.
Para Diego Tovar, un excombatiente de las Farc -el primero que ha viajado a Nueva York para participar en el Consejo de Seguridad-, es “urgente y fundamental fortalecer la coordinación interinstitucional y reforzar la intervención estatal integral en los territorios” para acabar con la violencia, el reclutamiento de menores y el enfrentamiento entre grupos armados.